Tras Ben 10, el chico que podía
transformarse en 10 alienígenas distintos con su reloj de pulsera,
llegó Generator Rex, de los mismos creadores. Rex puede convertir
sus brazos en armas y no sé si algo más.
Generator Rex fue víctima del éxito
de la primera obra. Cuando aparece una obra apoteósica la siguiente
siempre pasa por debajo del radar por buena que sea. No es culpa de
la obra, es causa de su relación con el público.
Cuando aparece Generator Rex lo que
pensamos es “Buah, ya, una copia de Ben 10. Se han empalmado con el
éxito y pretenden estirarlo lo máximo posible”. Es muy importante
tener en cuenta estas cosas cuando haces idems.
El arte tiene que tener en cuenta las
reacciones previsibles del público para jugar con ellas y, en el
mejor de los casos, saltárselas.
Tú esperas, porque no soy tonto, que
mi siguiente movimiento sea este. Así que es posible que hasta
llegues a pensar que voy a hacer este otro. Y si eres ya superlisto
puede que hayas llegado hasta ahí. Pero el cuarto paso creo que no
puedes darlo, por eso lo daré yo.
Supongo que es un asunto de pensamiento
estratégico, eso tan dado de lado en el campo de las artes, por eso
las artes molan tan poco. Dan la espalda a la realidad pensando que
están por encima de ella, cuando son sus servidoras. En el mundo
artístico hay mucha soberbia.
Personalmente pienso que hoy el arte ha
de beber mucho del mundo pop. Me interesa muy poco un reducto selecto
de gente que piensa que es selecta, porque cuando piensas que eres
muy selecto quiere decir que eres lo más burdo que existe.
De todos modos yo me muevo por
instinto, hago las cosas y luego entiendo por qué las he hecho, no
al revés. Si lo hiciera de la manera tradicional perdería mucho
tiempo y además todo sería mucho menos divertido.
Pero que sí, que tengo mucha formación
estratégica. Por eso no pienso las estrategias, me salen. A
borbotones.