jueves, 19 de enero de 2017

Generator Rex El arma de Providence

Tras Ben 10, el chico que podía transformarse en 10 alienígenas distintos con su reloj de pulsera, llegó Generator Rex, de los mismos creadores. Rex puede convertir sus brazos en armas y no sé si algo más.


Generator Rex fue víctima del éxito de la primera obra. Cuando aparece una obra apoteósica la siguiente siempre pasa por debajo del radar por buena que sea. No es culpa de la obra, es causa de su relación con el público.

Cuando aparece Generator Rex lo que pensamos es “Buah, ya, una copia de Ben 10. Se han empalmado con el éxito y pretenden estirarlo lo máximo posible”. Es muy importante tener en cuenta estas cosas cuando haces idems.


El arte tiene que tener en cuenta las reacciones previsibles del público para jugar con ellas y, en el mejor de los casos, saltárselas.

Tú esperas, porque no soy tonto, que mi siguiente movimiento sea este. Así que es posible que hasta llegues a pensar que voy a hacer este otro. Y si eres ya superlisto puede que hayas llegado hasta ahí. Pero el cuarto paso creo que no puedes darlo, por eso lo daré yo.


Supongo que es un asunto de pensamiento estratégico, eso tan dado de lado en el campo de las artes, por eso las artes molan tan poco. Dan la espalda a la realidad pensando que están por encima de ella, cuando son sus servidoras. En el mundo artístico hay mucha soberbia.

Personalmente pienso que hoy el arte ha de beber mucho del mundo pop. Me interesa muy poco un reducto selecto de gente que piensa que es selecta, porque cuando piensas que eres muy selecto quiere decir que eres lo más burdo que existe.


De todos modos yo me muevo por instinto, hago las cosas y luego entiendo por qué las he hecho, no al revés. Si lo hiciera de la manera tradicional perdería mucho tiempo y además todo sería mucho menos divertido.

Pero que sí, que tengo mucha formación estratégica. Por eso no pienso las estrategias, me salen. A borbotones.