sábado, 21 de enero de 2017

Kane & Lynch 2 Dog Days

¿Has tenido un día de perros? Seguro que yo te gano, pringado.


Primero, no me apetece escribir. Cada día estoy menos enfadado y eso hace que tenga menos ganas de escribir, porque tengo “menos” que sacar. Por el mismo motivo cada vez me alejo menos de casa en mis paseos, porque ya no tengo cabreamina en mis venas.

Si quieres energía para hacer las cosas hazme caso, no tomes taurina, toma cabreamina. La taurina es un cuento chino. Para niñas.


Aunque si quieres un buen chute de cabreamina te recomiendo estar cerca de mi madre cuando está de buen humor. Cuando mi madre está de buen humor quiere que todos los demás a su alrededor también lo estén y es molestísimo. A ti te apetece estar cabreado y ella tira que te tira para que estés de buen humor. Eso te llena los depósitos de cabreamina más rápido que un Supercharger de Tesla.

“Pues mejor, porque así tus textos serán más humanos”. Oh. Qué bien. Textos más humanos. Lo que siempre soñé. No te jode.


Lo gracioso es estar enfadado, estar de buen humor no tiene ni puta gracia. No existe ningún personaje cómico feliz. Si dejo de estar cabreado dejaré de tener gracia.

Además, si no estás cabreado dejas de ser adictivo. Una lechuga no es adictiva, ¿a que no? No lo es porque es sanísima. Un estado de ánimo sano no es nada adictivo para el lector.


“Pues tendrás que desarrollar otros recursos, Juan”. Cojonudo. Qué ilusión me hace, de verdad.

No sé, ¿no podrías decirme alguna gilipollez? Me estoy volviendo inmune hasta a las gilipolleces de mi madre, de verdad. ¿No tendrás por ahí algo que me mosquee que te cagas? No sé, una opinión tuya, cualquier cosa. Estoy desesperado.