jueves, 5 de enero de 2017

Inazuma Eleven Nintendo DS

Ah, Inazuma. Cómo me gustaría que me gustase más de lo que me gusta.


No me entendáis mal, no es que no me guste. Lo que pasa es que lo tiene todo para gustarme pero no acaba de gustarme. Ese es el “ay” que me reconcome con el tema Inazuma.

Los Disparos Especiales son la hostia. Es como Campeones elevado a la, no sé, séptima potencia. Pero no supera a Campeones, aunque tiene más fuegos artificiales.


La mano esa de energía que saca el portero cuando tiene que parar un tiro especialmente potente se pasa de la raya. Todas las “magias”, vamos. Es un canteo que aparezcan esos espectáculos de energía en el campo sin que nadie flipe en colores.

Ya, ya sé que estas cosas hay que “asumirlas y ya está”, pero esta es demasiado gorda como para comérmela así en dos bocados.


Sí, ya sé que esa energía en realidad no es física, es una representación del alma del personaje en ese momento. Ya lo sé. Pero permíteme que, aún con todo, se me atragante. Tampoco pasa nada, colega. Tranquilo.

Y, no sé, como que el alma de la serie no me acaba de convencer. Hay algo ahí que no. Es como un palo. Que no tiene mucho jugo.


Pero vamos, que la serie me encanta que exista. Es cultura pop en estado puro. Por eso me gusta, por su valor como icono.

Que no es que me disguste, es que parece que pide a gritos que me guste pero, lo siento, no me gusta tanto. Es sólo eso.