Este librito es estupendo: en 90
escasos minutos tienes concentrada toda la sabiduría que le costó
atesorar en toda su vida a un filósofo griego. Puede que sea una
falta de respeto aberrante, pero como falta de respeto es muy
práctica.
No me lo leído, porque no invita.
Cuando tienes el mood filosófico no te apetece un librito enano de
mierda, te apetece un tocho infumable. Esto es para las pijas que
quieren fingir que saben algo de algo. Eso sí, ellas no confesarían
que lo tienen: ellas lo leen pero para hacerte creer que tienen el
grande. Ay, estas pijas. Tanto talento para hacer jugaditas y qué
mal lo aprovechan.
Si eres pija yo te recomiendo que
aceptes que lo eres. Eres superficial, un jarrón vacío, como decía
un poeta camarero de Friends. Se te mira y resultas bonita. ¿Por qué
quieres algo más que eso, si es magnífico? La gente profunda suele
ser feísima, exceptuándome a mi, claro.
Las pijas alegran la vista, que es algo
profundísimo. Contemplar la belleza desnuda es el acto más profundo
que jamás conocerás. Todo lo demás son preámbulos hasta que
logras contemplar la belleza desnuda. En el momento que lo logras
puedes tirar todos los libros a la basura.
A las pijas si las echas un piropo se
ponen contentas, al contrario que una feminista, que se enfada
contigo. No tengo nada en contra de que una mujer sea algo más que
un cascarón estético, pero tampoco tengo nada en contra de que lo
sea. Tiene que haber de todo.
El óptimo es una mujer equilibrada,
pero ¿qué oportunidades hay de hallar eso? Muy pocas.
Sé lo que estás pensando: si yo lo he
conseguido tú también podrás. No estés tan segura, pijita.
Yo soy esa obra excelsa, esa master
piece que no hay más que una porque es demasiado difícil de hacer.
Confórmate con que, en mi grandeza, te aprecie tal y como eres.
¿Cuántos hombres encontrarás que
digan cosas tan magníficas como las que digo yo? Pues eso digo. Que
te conformes.