¡Pues que se quede ahí detrás! ¡Ni
verlo quiero! ¡Fuch, fuch!
No es casualidad que se hagan películas
basadas en libros. Se hacen porque ver una película es más fácil
que leer un libro. Por si fuera poco, es más divertido. Sí, puede
que un libro sea más íntimo, también te lo digo.
Yo leí Harry Potter antes de ver las
pelis. ¡Menudo bajón! Lo que yo me había imaginado molaba mucho
más que lo que habían hecho en las películas. Pero como ver las
películas es tan cómodo se me ha olvidado todo el universo que yo
imaginé y lo he reemplazado por el que otro imaginó en vez de mi.
¿Significa eso que las películas
matan la imaginación? Hombre, yo creo que lo que mata la imaginación
es no usar la imaginación. Yo prefiero nutrirme de vivos colores en
las pelis de Hollywood y usar ese material gratuito que me ofrece
Movistar+ para imaginarme yo luego mis cosas. A ti las películas no
te han matado nada, lo que pasa es que no das palo al agua e
imaginar-imaginar pues como que no imaginas mucho.
Mis gustos me acarrearon problemas: yo
siempre dije que no me gustaba nada leer novelas. Me parecen
aburridísimas. Los únicos libros que me gustan son los manuales de
cosas si quiero aprender sobre esas cosas y las obras de teatro,
porque son todo diálogos y todo es más ágil. No me aburro. Es
decir, queda más espacio para mi imaginación. Leyendo Campos de
Castilla casi me da un pallá. ¡Cristo bendito! Menuda brasa.
Detrás de todo lo que te gusta siempre
hay un libro, vale; pero detrás de la ropa de Primark hay un negrito
sangrándole las manos. ¡Y el negrito no me lo enseñas! ¿Por qué
me enseñas el libro?
El motivo es evidente: los libros se
asocian a la inteligencia y la inteligencia es popular. Por tanto si
compras libros la gente pensará que eres inteligente y serás más
popular. Y como eso es lo que buscas y no otra cosa te tirarás a
comprar libros, no porque te importe una mierda lo que dicen, sino
porque quieres caerle bien a este y a aquel.
Lo verdaderamente inteligente, si
quieres que alguien te dé un respiro, es hacer lo que te gusta sin
importar lo que pueda decir la FNAC. Si le haces caso a la FNAC estás
perdido. Yo creo que lo más inteligente que se puede hacer con la
FNAC es ir a mear a sus lujosos meaderos y luego ir a comprar lo que
venden en tiendas de segunda mano.
Por fin alguien que te anima a ser como
eres y no como se supone que deberías ser, ¿eh? Bueno, bueno,
sácate mi pene de la boca, por favor. Con un gracias es suficiente.