Alguien me había alertado ya de este
fenómeno, pero hasta que no le he tenido en mis manos no he sentido
la trascendencia de este engendro.
Es tan buena idea porque cuando la ves
piensas “¡Coño! ¿Cómo no se les habrá ocurrido antes?”. Esa
reacción es la que tienen las grandes ideas en común, que parece
que, si te hubieras puesto un poquitín de nada, las hubieras sacado
tú.
En realidad es todo lo contrario, para
llegar a algo tipo 2+2=4 te puedes echar años. Pero ahí radica su
belleza.
¿Que si están buenos? Sí, están
buenos. Son como un bollo Pantera Rosa normal pero más ligero, como
un donut.
Te los comes rápido y sin pensar,
porque en vez de estar pensando en la idea brillante de mezclar
Donuts y Pantera Rosa te los comes porque están muy ricos. O sea,
que en vez de pensar, encima, te ponen contento descerebradamente. La
polla, ahora que lo pienso.
Así que nada, hoy celebramos la
llegada de una idea pura y sencilla pero con el potencial para
cambiar el mundo. ¡Oh! ¡Y todo esto con unos putos Donuts de un
pavo!
Si te pones a tener ideas, al menos eso
pienso yo, ya tienes que ir a por la pura y sencilla. Enrevesadas y
deslumbrantes ya tenemos suficientes. Yo diría que hoy la
civilización se sostiene en pie por unas cuantas ideas enrevesadas y
deslumbrantes.
Deslumbrar lo podemos hacer todos, pero
consume mucha energía y no puedes mantener la potencia de forma
constante. Así que los que ya sabemos un par de cosas sobre
deslumbrar optamos por la pureza y la sencillez, que es una luz más
tenue pero que nunca se apaga.
Es el mismo principio por el que Trunks
fue vencido por Célula cuando hinchó sus músculos siendo de esta
forma más fuerte. Célula le ganó porque, aunque Trunks había
aumentado su fuerza, lo había hecho a costa de perder velocidad. ¿Y
de qué te sirve ser más fuerte si no puedes acertarle al rival?
Todo está en los tebeos. O casi todo.