lunes, 3 de abril de 2017

Donuts Pantera Rosa

Alguien me había alertado ya de este fenómeno, pero hasta que no le he tenido en mis manos no he sentido la trascendencia de este engendro.


Es tan buena idea porque cuando la ves piensas “¡Coño! ¿Cómo no se les habrá ocurrido antes?”. Esa reacción es la que tienen las grandes ideas en común, que parece que, si te hubieras puesto un poquitín de nada, las hubieras sacado tú.

En realidad es todo lo contrario, para llegar a algo tipo 2+2=4 te puedes echar años. Pero ahí radica su belleza.


¿Que si están buenos? Sí, están buenos. Son como un bollo Pantera Rosa normal pero más ligero, como un donut.

Te los comes rápido y sin pensar, porque en vez de estar pensando en la idea brillante de mezclar Donuts y Pantera Rosa te los comes porque están muy ricos. O sea, que en vez de pensar, encima, te ponen contento descerebradamente. La polla, ahora que lo pienso.


Así que nada, hoy celebramos la llegada de una idea pura y sencilla pero con el potencial para cambiar el mundo. ¡Oh! ¡Y todo esto con unos putos Donuts de un pavo!

Si te pones a tener ideas, al menos eso pienso yo, ya tienes que ir a por la pura y sencilla. Enrevesadas y deslumbrantes ya tenemos suficientes. Yo diría que hoy la civilización se sostiene en pie por unas cuantas ideas enrevesadas y deslumbrantes.


Deslumbrar lo podemos hacer todos, pero consume mucha energía y no puedes mantener la potencia de forma constante. Así que los que ya sabemos un par de cosas sobre deslumbrar optamos por la pureza y la sencillez, que es una luz más tenue pero que nunca se apaga.

Es el mismo principio por el que Trunks fue vencido por Célula cuando hinchó sus músculos siendo de esta forma más fuerte. Célula le ganó porque, aunque Trunks había aumentado su fuerza, lo había hecho a costa de perder velocidad. ¿Y de qué te sirve ser más fuerte si no puedes acertarle al rival? Todo está en los tebeos. O casi todo.