sábado, 15 de abril de 2017

Fiat Multipla

Si hay un coche raro-raro es este.


Fiat Multipla es algo que le debemos agradecer a Fiat, esa marca que me parece tan chula. Se sacaron de la manga un coche parecido al Homer (no sé si recordáis ese episodio de Los Simpson) y se quedaron más anchos que largos. No diría que haya sido un éxito de ventas pero es que aquí no hablamos de esas cosas. Aquí hablamos de las cosas guays.

Si te acercas al Fiat Multipla comprobarás que tiene un habitáculo enorme. No sé si es más grande que el de otros coches, pero desde fuera lo parece. Aquí se ha sacrificado la aerodinámica en pos de ir en una especie de saloncito sobre ruedas.


Tener un Multipla sería muy guay, pero como no ando de dinero precisamente como para hacer cabriolas me conformo con admirarlo cuando lo veo aparcado.

Con un Multipla es como si te disfrazases de payaso y fueses por la calle muy serio. Todo el mundo te mira y tú pones cara como de no entender nada. ¿Por qué me miráis? ¿He dicho algo gracioso? ¿Qué pasa? Esa cara dura, ese estar tan por encima del gusto del hombre corriente es lo que sugiere un Multipla.


Con un Multipla molaría retar a una carrera a un deportivo que se pare a tu lado en un semáforo. Te comportas como un macarra pero vas metido dentro del coche de la Señorita Pepis. Y como a un Multipla da igual rayarlo que no rayarlo puedes cerrar al deportivo y hacerle un arañazo bien gordo en la puerta, porque un arañazo para un deportivo es una putada pero a tu Multipla casi le queda bien.

El dueño del deportivo se cagaría en la puta madre que te parió y tú te alejarías enseñándole el dedo de insultar, porque tú no eres gilipollas y no te has comprado un coche que vale más que tú mismo.


En definitiva, un Multipla no ofrece más que ventajas. No sé que haces que no estás buscando uno en Wallapop.

Si quieres rematar tu molonidad, te recomiendo que llenes a tu Multipla de pegatinas.