La moka era como un chocolate, ¿no?
Estos de Opel se han desmelenado. ¡Qué toques tan juveniles y
modernos van añadiendo a su catálogo, así, a lo tonto-a lo tonto!
Opel un día se dio cuenta de que era
la marca más coñazo del mundo moderno y se quiso poner las
pilettes. Así que sacaron un Corsa como más guay, otro que ahora no
me acuerdo cómo se llama e hicieron este Opel Mokka, un SUV urbano,
categoría que inauguró Nissan Juke, si no me equivoco.
Los SUVs urbanos son un éxito, a pesar
de que yo no daba un duro por ellos. ¿Ves? Yo también me equivoco.
¿Ya respiras tranquilo? Espero que sí. Qué coñazo das, colega...
Tanto éxito tienen que yo estoy
pensando en pillarme uno, aunque sea de palo. Un SUV de palo mola más
que un SUV normal.
Las cosas de palo, en general, molan
más que las normales, a no ser que estemos hablando de practicidad.
Por ejemplo, yo compro Red Bull y no Burn porque hay cosas con las
que no juego.
Sin embargo como la automoción me da
más igual me sirve perfectamente una cosa sobria. Con que acelere,
frene y tenga airbag estoy satisfecho, especialmente si el airbag
funciona.
El Opel Mokka, por ejemplo, es
demasiado lujoso. Además es alemán, y los alemanes son europeos, y
los coches europeos dan como mazo de sopor, excepcionando a la
chispeante Fiat, cuna de la creatividad cochística actual.
Sin embargo, dentro del sopor, Mokka es
un hipo. Como cuando estás medio dormido y te da un hipo. Una cosa
así que hasta puedes contarle a tu madre cuando te despiertes, estas
anécdotas que ni fu ni fa pero que en familia funcionan
excepcionalmente bien.
Ey, para lo que es Opel el Mokka es
como, no sé, todo un hito. Seguro que los aburridísimos empleados
de Opel se dieron un montón de palmaditas en la espalda cuando
sacaron este modelo. Seguro que hasta lo colgaron en LinkedIn: “Very
proud! Mokka is already in the market! Ja vol! Achtung!”