jueves, 27 de abril de 2017

Fiat Panda

Yo quería un Fiat Panda, pero la vida no me deja. Mi destino me exige un poco más de potencia.


Tampoco mucho más. Con poder salir a la carretera sin miedo a quedarme en las cuestas es suficiente. Sin embargo no quiero renunciar al encanto juvenil, casi infantil, del precioso Fiat Panda.

El Fiat Panda es un coche, según tengo entendido, pensado para ir de pueblo a pueblo en Italia. Aún diré más: mi primo Alejandro del pueblo, referente en lo que a mecánica y estos temas se refiere, se hizo con un Panda 4x4. Yo ni sabía que existía tal versión del Panda. Quedé fascinado que un coche tan pequeño pudiese ser un 4x4.


Tanto me encantó este combo tan fabuloso que puse el Panda 4x4 en mi punto de mira. Sin embargo tuve que desestimarlo: yo pocas veces voy a usar la tracción a las 4 ruedas. Además, para el precio que tiene, el Panda 4x4 tiene demasiados pocos caballos. Así que mi gozo terminó, desgraciadamente, en un pozo.

Aunque ahora tenga que mirar al Fiat Panda desde lejos no puedo dejar de estar enamorado de su sencillez, de su visión despreocupada de la vida. Con un Fiat Panda vas con tus amigas a comer a Las Rozas, pongamos por caso. Luego nos pasamos por el centro comercial y vamos a ver qué tienen en Stradivarius, alias Strafalarius. Quizás, sólo quizás, nos pasaremos por Bershka, alias Freshka, y para terminar nos tomaremos un Macchiato en Starbucks mientras dirimimos si el novio de una es suficiente para ella o no. Y seguramente concluyamos con que no.


Así es la vida con un Panda. Juvenil. Mágica. Chispeante.

Por desgracia me he visto obligado a combinar todos estos preciosos adjetivos con un poco más de potencia. ¿Conseguiré hacer una mezcla consistente, que me permita ir al centro comercial y a la vez echarme a la A-6? Quiero pensar que sí. ¿Vosotros qué pensáis? Seguro que estáis de mi parte.


Y como estáis de mi parte yo estoy de la vuestra, porque soy así, superguay. Así que quizás os suba al coche que haya de sustituir al fantástico Panda. ¡No digamos “sustituto”! Digamos “evolución”.

Yo conocí antes al Panda, el coche, que al panda, el oso. ¿No es flipante llegar a conseguir una cota tan alta de molonismo? Sí, ¿no? Es como muy guay. Super, super guay.