¿Tú estás a favor o en contra? No,
no vale hacerse el suizo. Aquí hay que mojarse. ¿A favor o en
contra?
Para mi la economía colaborativa es
como la realidad virtual, una cosa así muy curiosa de la que se
puede sacar alguna cosa medianamente interesante pero que no es la
panacea. En estos tiempos tan oscuros, por mero comportamiento
humano, todo el mundo busca esa luz al final del túnel. Y, como
humanos, a veces nos quedamos embobados con cosas que son
fluorescentes pero que luz-luz no emiten.
¿Cuál es el problema real de la
situación actual? Que hay mucho de hijo de puta suelto. Es ese. No
hay otro. La única solución, por tanto, es eliminar a los hijos de
puta, no cambiar de modelo económico o ponerse un casco con
pantallas incomodísimo. ¡Incomodísimo!
Evidentemente, la solución real es
mucho más complicada que las soluciones intermedias, porque los
hijos de puta, como tales, se revuelven mucho. Las buenas personas
son accesibles, los hijos de puta son huraños porque tienen mucho
que esconder. Por tanto pillarles exige un esfuerzo titánico. Por
eso ese esfuerzo está al alcance de muy poca gente.
No me entendáis mal, estoy tan a favor
de las soluciones intermedias como de Tania Sánchez: se ve que hay
ahí un núcleo oscuro pero como más o menos se rema hacia el lado
correcto es mejor no decir nada. El tiempo acaba colocando las cosas
en su lugar, y Tania Sánchez, de momento, ya ha sido relegada de la
primera línea. Con la economía colaborativa, la realidad virtual y
el pan de masa madre ocurrirá lo mismo.
Yo, que soy así listo y tal, prefiero
dirigirme directamente hacia la luz real y dejar las soluciones
intermedias para otros que no tengan una visión tan telescópica
como la del que suscribe. Según tu nivel de visión estarás, en
estos tiempos, en un sitio u otro. Si ves menos que un topo estarás
en un banco. Si ves regular habrás puesto una panadería de pan de
masa madre. Si ves mucho estarás llamando a mi puerta. No juzgo a la
gente por sus capacidades.
Por lo tanto, desoyendo mis propios
consejos, como un crack, yo con estas cosas me hago el suizo. ¡Ni a
favor ni en contra! Tengo demasiado que perder. ¡Tengo demasiado
oro! En los conflictos el oro se desvanece como una bruma. Y como yo
ya he dado a la causa, bajo mi punto de vista, suficiente, me hago el
suizo. Que luchen otros. Yo ya he aprobado. Y con nota.
Tú, por el contrario, puede que te
estés comportando como una región de Baviera. Puede que estés
trabajando a favor de los malos porque ¡cualquiera se mete con los
malos! Me parece razonable, pero estratégicamente me parece un
error. Las guerras siempre las ganan los buenos, y aunque sea por
egoísmo deberías pasar un poquito más de los malos. Pon, no sé,
una hamburguesería vegana. Con eso es suficiente.
Porque luego llegan los tiempos de paz
y a ti te han grabado un estigma en la frente, como en Malditos
Bastardos. Y a la gente estigmatizada nadie la quiere ni ver. Yo te
lo digo por eso, pero vamos, que tú haz lo que quieras.