domingo, 9 de abril de 2017

Oculus Rift


¡700 pavos! Hay que estar muy orate para lanzar semejante engendro al mercado.


O sea, que la gente busca comida en los contenedores y tu idea genial es un aparato de 700 €. ¡Tú eres bueno!

Es evidente que tú eres una persona inteligente. Tú desoyes todas las alarmas del sentido común y sigues adelante en tu aventura, porque de todos es sabido que el sentido común es enemigo de la genialidad. Los genios son gente muy rara, excéntrica, muy alejada del sentido común, que es un sentido, como su propio nombre indica, para las masas.


Chico, no sé, la realidad virtual ha fracasado demasiadas veces. Yo no invertiría mi escaso dinero en algo con tan malos precedentes. Si por lo menos te quedase un aparato de 180 € te daba la razón. Pero si me vienes pidiendo 700 pavos permíteme que me ría a carcajadas de ti.

Pero vamos, si no me haces caso a mi hazle caso a la evidencia. Oculus Rift está expuesto en una vitrina junto a las escaleras del sótano de la FNAC. Es decir, donde se exponen los fracasos. Yo ya no sé qué más pruebas quieres, chico.


Sin embargo estoy muy a favor de Project Scorpio. ¿Por qué? ¡No sé! Yo no pienso las cosas. Yo sólo sé lo que mola y lo que no. Y lo que mola tiene éxito y lo que no mola no. Nada más.

De verdad, me gustaría explicar todo esto con palabras. Pero me temo que sería demasiado largo. No tengo ganas. Tendrás que fiarte de mi, como un buen perro.


Es más fácil decir que esto mola y esto no. Cuando veas las cosas tal cual son empezarán a sobrarte todas esas ideas idiotas sobre las que cimientas tu vida. Tú hazme caso a mi y no pienses. Te irá mucho mejor.

No te preocupes, tengo tu educación completamente diseñada. Simplemente te tienes que callar un poco para dejar de decir tonterías. Del resto me encargo yo, perrito.