sábado, 8 de abril de 2017

Astro Boy

Tenía un amigo que era superfan de Astro Boy. A mi nunca me gustó mucho, pero después de ver esta peli me lo he replanteado un poco.


Con esta peli continuamos la serie de “películas no muy conocidas pero bastante buenas”. Esta peli está bien. Yo le doy un 7,3. ¡7,3! Con un 7,3 Don Pantuflo te daba sendos vales para los pedales y la cadena de la bicicleta. ¡Ya queda menos, niños!

Últimamente sólo me dedico a estas películas. Ahora estoy viendo ¡Vaya resaca! que va de una rubia que se dedica al periodismo cuyos escándalos pasados le persiguen. Es sábado por la tarde. ¿Qué voy a estar viendo, La crítica de la razón pura por la HBO?


Para que deis definitivamente de lado a Netflix, os cuento una anécdota que me acaba de pasar: iba detrás de una panda de jóvenes chachorros. Estos jóvenes en otra época hubieran vestido con Ralph Lauren y Lacoste, pero como hoy es hoy llevan pitillos y gafas como de clubero californiano. Los disfraces han cambiado, la escoria sigue siendo la misma.

El caso es que, en su chachorrez, iban hablando de que una se había suscrito a la HBO. El joven ultrachacho que la acompañaba respondía con que había descubierto una serie ¡buenísima! ¿De verdad tú también quieres ser un chacho del que yo me ría? ¡Pues bórrate de Netflix, incauto!


Los chachos siempre están buscando disfraces. Ellos no buscan la calidad porque, bueno, simplemente no la saben distinguir. Ellos se fijan en el reconocimiento social. Lo que da reconocimiento social es lo que mola. Es un poco triste, lo sé, pero yo no hice las reglas. Sólo me limito a cumplirlas.

Sin embargo, hay otra regla más: cuando los chachos llegan a lo que tú creías que molaba es hora de abandonar el barco. Porque los chachos son como un virus, destruyen todo lo que tocan. Y como te quedes ahí demasiado tiempo acabarás con un buen trozo de basura entre manos. Basura que antes era algo molón. ¿No es triste? ¡Huye!


Yo, como soy la fina entre las finas, escapo ya no cuando llegan los chachos. Ahí ya estoy en Pernambuco. Yo huyo cuando llega el diseñador. Cuando llega el diseñador a algo que mola es mi luz de alarma. Huyo como alma que lleva el diablo en busca de nuevos pastos, porque incluso el diseñador despide un hedor que, lo siento, yo no puedo soportar.

Por tanto he llegado a las películas de 7,3. Las películas de 7,3 es lo que más mola actualmente. Certificado por mi, La Más Grande.