Hoy parece que los todoterreno con
pinta de bugui bugui están en extinción, ¿a que sí? Todas las
marcas se orientan al mercado familiar en los rediseños, con los
cuñados de todo el planeta en mente. Se acabaron los coches para ir
por el monte, ahora se hacen coches para gente que quiere dar la
sensación de que va al monte pero no va.
Si tú no eres un puto loser te pasará
como a mi: extrañas los tiempos en los que las cosas estaban bien.
Por eso con un Vitara te pondrás contento, creo.
Suzuki actualmente todavía mantiene
vivo el sueño con su Suzuki Jimny. Pero francamente, no es un coche
para tirar cohetes.
Suzuki tiene fama de fabricar coches
que, si los empujas, se caen. ¡No me extrañaría! Son muy
estrechitos y muy altos a la vez.
Un todoterreno tiene que llevar una
rueda de repuesto atrás. ¡De toda la vida! Pues eso ya no lo hay,
fíjate. Ahora les quitan la rueda y los hacen más largos, para que
quepa tu puta prole.
Un todoterreno está hecho para llevar
a los perros, no a tus hijos. ¿Quién ha cambiado lo que estaba
perfectamente como estaba?
Tengo entendido que ahora las berlinas
están de capa caída a favor de los SUVs grandes. O sea, que si
ahora eres Florentino Pérez tienes que llevar un SUV. Mala cosa. El
Tío Gilito, un rico como Dios manda, jamás se dejaría ver en un
SUV como si fuese un cuñado. El Tío Gilito llevaría una berlina,
con su maletero largo como un día sin pan.
En resumidas cuentas, vivimos tiempos
extraños. Todo está al revés. Personas que trabajan en rascacielos
llevan coches diseñados para la aventura, cuando la aventura más
intensa que viven es echar doble de azúcar en el café de la
máquina.
“No, es que tampoco quiero que se
note que en realidad soy un pringado. Me gustaría que la gente
pensase que soy un tío aguerrido aunque no lo sea ni por asomo”.
Aaaaaaah, vale. Así explicado lo entiendo. Perdona.