Bienvenidos al Especial Naming. Hoy
aprenderemos cómo hacer un nombre prefabricado repugnante. ¡Allá
vamos!
Fluence quiere decir dos cosas, como
todos los nombres repugnantes de laboratorio de baratillo: por un
lado recuerda a Influence, influencia, porque este coche es una
berlina. Las personas que conducen berlinas tienen influencia, o al
menos eso creen.
Por otro lado recuerda a fluir, porque
alguien que se compre un Renault Fluence no es un cuñado cualquiera:
tiene un punto juvenil, y los jóvenes fluyen, saben abandonarse a
las olas, etc.
Y eso es todo. Creo que hay una carrera
de 4 años que enseña esto.
Poco más tengo que decir de este
coche. Que me lo compraría si una mañana me despertase irónico,
pero poco más.
El naming, eso sí, es un buen
ejercicio básico para el cerebro. Si nunca has utilizado el cerebro
es buena cosa que gastes unos cuantos folios pensando un nombre con
gancho. Al principio resulta difícil, pero es como todo, que si no
practicas si haces un poco de ejercicio tienes agujetas. Pero cuando
te acostumbras no te duele ni nada.
Yo, ya ves, tanto trabajé escribiendo
textos publicitarios y pensando conceptos del mismo tipo que ahora no
tengo que pensar. Me sale solo. Es como si entrenas mucho para correr
carreras, que luego las corres como sin querer.
Había que hacer algo para matar el
rato, ¿no? ¿Tenías una idea mejor?
Yo no tuve ninguna, al menos.