jueves, 27 de abril de 2017

Yo, robot – Isaac Asimov

Hay muchos anuncios, pero mi favorito de todos los tiempos seguro que ni sabes cuál es. Era uno de BMW Serie 7 que, como locución, usaba un pequeño fragmento de este libro.


El BMW Serie 7 era una berlina hardcore, un coche impresionante. Digamos que era un coche perfecto, imponente. Así que el coche hablaba en el anuncio como si fuese un robot. No-con-sí-la-bas, era un robot que le decía a un humano por qué un robot es superior y un humano inferior.

En el anuncio el BMW Serie 7 les decía a los humanos todas sus debilidades: el material del que están hechos es blando, y su energía depende de la oxidación ineficiente de la materia orgánica. Entran cada noche en un estado de coma y sueñan. Pero ¿de qué sirven los sueños si casi nunca se cumplen?


Como veis, todavía me acuerdo de lo que decía.

Al final de poner a los humanos como hormigas en coche se confesaba. Decía que, a pesar de ser superior a los humanos en todos los aspectos, a él le gustaría sentir lo que sienten ellos. ¿No es bonito? La máquina perfecta quería saber cómo era ser como un pequeño humano, tan simplón.


Todavía voy de vez en cuando a Youtube a ver el anuncio del BMW Serie 7.

Este anuncio salió después de La Mano. Era la época en la que S,C,P,F..., la agencia publicitaria responsable de la mejor época de BMW, estaba empalmada consigo misma. La época en la que yo me dejé caer por allí, en forma de sencillo becario.


Se podía sentir la magia y yo, como el BMW Serie 7, sólo quería saber qué es lo que sentían esos pequeños humanos para estar tan contentos consigo mismos. Al final lo descubrí pero ¡cáscaras! tampoco era para tanto. Te sientes mejor haciéndote una paja, te lo digo de verdad, amigo.

Sea como sea, yo de aquella época me llevé mis primeros anuncitos publicados y el honor de haber estado presente mientras se gestaba el que para mi es el mejor anuncio de la historia. No está mal, ¿no? ¿Tú qué has hecho? No, en serio: ¿tú qué has hecho?