domingo, 2 de abril de 2017

Diesel – Make love not walls

A la gente le encanta esta campaña, a mi me espanta.


Hubo un tiempo en el que Diesel era la referencia publicitaria, al menos para mi. Era por 2002, 2003, 2004, en aquellos tiempos. Diesel decía cosas verdaderamente interesantes. Te quedabas mirando las campañas pensando en quién sería el genio que había dado con ese enfoque tan profundo y tan afilado a la vez.

Corrígeme si me equivoco, pero esta campaña creo que diría de sí misma que es contracultural, revolucionaria. Que se enfrenta al poder imperante. Temo que eso es más falaz que una moneda de 3 pesetas. Todo el mundo está de acuerdo con lo que dice. Nadie está de acuerdo con el muro de Trump. Estoy seguro de que ni el mismo Trump lo está. Se le calentó la boca y, bueno, ahora tiene que apechugar. Pero ¿un muro? Cristo, qué pop letal.


El problema, si es que eso es un problema, es que la contracultura ha tomado los puestos oficiales de poder. Trump es un punk, un punk ultracapitalista pero punk al fin y al cabo. Trump es un cachondo. Yo creo que cada noche se parte de risa con su mujer de las paridas que dice desde el despacho oval de la Casa Blanca. Trump ha conseguido lo que todos soñamos alguna vez, derrocar al director del colegio y que cundiese la anarquía.

Y los niños que compran Diesel son la versión oficial del mundo. Una versión oficial especialmente irrisoria, porque piensa de sí misma que es la contracultura cuando no podría cumplir más normas de educación. Vivimos en un mundo curioso: lo oficial se ha vuelto underground y lo underground oficial. ¿No son tiempos increíbles?


Si quieres hacer un anuncio contracultural de verdad, haz como yo y elogia a Trump. Trump es cojonudo. Trump es la risa. Yo me pirro por Trump. ¿Tú te atreverías a decir esto en un bar? No, porque a todos los cuñados les han dicho que Trump es muy malo y, aunque sean de derechas, creen que “Trump ya es pasarse”. Así que ni Aznar se atrevería a elogiar a Trump en público.

Meterse con Trump es tan mainstream que voy a bostezar. ¡Uuuuuuaaaaaaaah...! ¡Qué sopor!


Yo, con vuestro permiso, voy a hacer walls y no love. Porque estoy hasta los cojones del love. Todo el mundo tratándose con respeto cuando están llenos de mierda. ¡Venga ya! Voy a hacer walls para que todos los retrasados mentales del mundo no puedan acercarse a mi a contarme sus gilipolleces patéticas.

¡Venga! ¡Largo de aquí! ¡Que estáis molestando! ¡Joder!