domingo, 16 de abril de 2017

Papa John´s

Cuando creímos que Domino´s no tenía rival y Telepizza habría de concentrarse en las pizzas-engendro (movimiento que me parece chulo) llega Papa John´s y pega un puñetazo en la mesa. ¡Fichas! ¡Denme fichas! Voy a reventar esta puta partida.


Papa John´s tiene un mensaje que a mi me ha quedado claro: somos igual que Domino´s pero mejores. Tenemos las variedades de pizza que ya todos conocemos (sin tener que rebajarnos a la pizza-burger-fajita-cordero asado de Telepizza) pero con ingredientes de más calidad. Igual pero mejor. ¿A alguien le queda alguna duda? Muy bien.

Si una pizzería tiene en su nombre la palabra “Papa” buena cosa es. En estos tiempos necesitamos a papá. Papá todo lo puede, papá puede llevar cualquier cuestión adelante. Papá es un mulo. Los tiempos apretados necesitan mulos, no bailarinas. Por lo tanto Papa John´s apela a nuestras sensaciones íntimas para colarnos los goles, como un sádico classically trained.


No conocer nuestras íntimas cuestiones nos deja a merced de cualquiera que sí las conozca. Basta con mirar a alguien a los ojos para ver por dónde se le puede colar el gol a este incauto. Tú, por ejemplo, mucho musculito, pero si te miro por aquí veo que eres un niño idiota al que todos le dan de lado. Por lo tanto por ahí te voy a agarrar, cabrón. Y tú, que vas de fina, veo que eres una retrasada mental que con que la asusten un poco hace todo lo que le digan. Así funciona el marketing 4.0.

El marketing es un reflejo social. Básicamente, todo lo que hacemos sobre la faz de la tierra es un juego. Últimamente el juego se nos ha ido un poco de las manos, vale, pero eso no significa que no sea un juego. El marketing habrá de ir un paso más allá y descubrir nuevos huecos por donde colar el gol. Antes bastaba con que nos emocionaran, con que nos dijesen que podríamos ser grandes, apelando a nuestra vanidad.


Pero como actualmente todas las capas de la personalidad ya inservibles han caído todo lo que nos queda es aquello con lo que nos echó nuestra madre al mundo: el miedo a la oscuridad. El miedo a que nos peguen los del barrio. El miedo a que descubran que somos tontos. Esas cosas. El núcleo de la tarta.

Mientras no seas capaz de hacerte cargo de tus propios demonios otros lo harán. Yo podría hacerlo, pero no soy tan cabrón; si te manipulo lo hago para que madures, no para convertirte en un títere. Títeres ya tengo muchos. Prefiero gente de mi nivel. Por eso, si te manipulo, te manipulo a tu favor, no en tu contra.


Manipular a favor y no en contra podríamos llamarlo ya marketing 5.0, pero como los números tan altos me parecen un poco carentes de estilo lo voy a llamar arte sin más. Yo no hago marketing, yo hago arte. Abre bien los oídos.

Y como tu amo, te ordeno que vayas a Papa John´s. ¿A que estás tentado/a de ir? ¡Jajajajajajaja! ¡Manejo las cuerdas!