Ojo, película top. Película que te
puedes pensar que es una cagadilla pero que está protagonizada y
(ojo) producida por Robert de Niro. No tiene pinta Robert de Niro de
producir cualquier mierda.
No sólo está Robert de Niro, también
está Jason Alexander, George de Seinfeld. ¿A que ya estás más
receptivo? Eso me parecía.
Estos son unos dibujos de los 70 que yo
conozco por los videojuegos y por, llanamente, mi vasta cultura
popular. Pero nunca he sido fan, por edad. Sin embargo tiene pinta de
que todos los implicados en esta peli sí que lo eran. Se nota en que
la película no sólo no es una mierda, sino que es tan fina tan fina
que cuanto más la veas más te gustará. Como la tónica.
Yo me la compré ayer y ya me la he
visto cuatro veces, una de ellas en versión original. Y esta en
versión original gana. Unas pelis ganan en versión original, otras
no. Esta sí.
Esta peli es de una factura exquisita.
Tan exquisita es que parece una banalidad. He aquí, bajo mi punto de
vista, la mayor de las exquisiteces: la que es tan sobrada, es tan
tan exquisita, que se permite el lujo de parecer un pedo cebollero.
Todo el mundo sabe que una persona
vestida con camisa, pañuelo al cuello y monóculo es muy exquisita.
Todos sabemos las etiquetas que denotan exquisitez. Sin embargo,
parece ser que no somos tantos los que la percibimos desnuda. Pues
bien, aprovecha que yo estoy aquí, en mi exquisita grandeza, e
intenta hacerte con esta película por tu bien.
Robert de Niro se permite, con dos
cojones inmensos, hacer una autoparodia con el “Are you talking to
me?” de Taxi Driver. Cuando uno ya se permite acrobacias es porque
está muy seguro de lo que tiene entre las manos.
En fin, supongo que eres capaz de
percibir la pasión con la que hablo de esta peli, ¿no? Pues no
necesitas más pruebas. Con eso es suficiente.
Y de postre, me costó 50 céntimos.
Hay que aprovechar la ignorancia de la gente, que para algo está.
Para que te aproveches de ella. ¿Para qué va a estar si no?