Pues yo no he visto Karate Kid. Ya ves.
Tengo muchas lagunas, no te vayas a creer. Miento, lo que tengo es
mucho criterio.
Compré esta peli y la puse. Pero
resulta que no era Karate Kid, sino The Karate Kid, protagonizada por
Jackie Chan y el hijo de Will Smith. No tengo nada contra ninguno de
los dos, pero aún así he ido al Cex a desfacer este entuerto.
Ya tengo (supuestamente) el disco
correcto e imagino que esta noche veré este clásico inmortal. A ver
qué tal.
No soy muy de películas de acción,
pero el otro día vi en Movistar+ una de Bruce Lee, otras películas
que nunca había visto, y me encantó. Es como una película de Bud
Spencer pero con las hostias más afiladas.
¿Prefiero las hostias definitivas de
Bud Spencer o las hostias afiladas de Bruce Lee? Pues me pasa un poco
como con la ropa, que más que preferir una prenda u otra me parece o
no más apropiada para unas circunstancias dadas. Dicen que los
diseñadores piensan lo mismo, porque dicen que si el diseño no
responde a una idea es mera decoración. Parece ser que los
diseñadores piensan cosas muy malas de la decoración, como si la
decoración no debiese responder a una idea.
Supongo que debe ser porque la
decoración se asocia a niñas pijas tontas que no saben hacer
absolutamente nada. Y como no saben hacer absolutamente nada el padre
les ha puesto una tienda de decoración, porque a la niña parece ser
que le gusta la moda y esas cosas. Pero el diseño se asocia a niños
memos con menos profundidad de la que creen y yo no digo nada.
Yo aprendí una cosa a temprana edad en
mis tiempos publicistas; las cosas, además de a una idea, han de
responder a otra: la que el cliente tiene de sí mismo. Esto, que hoy
me parece evidente, en aquel momento fue una revelación. La tuve en
H&M con mi amiga Úrsula, fíjate si fue trascendente que
recuerdo el momento exacto.
Por ejemplo, tú puedes ver claro que
un señor es un patán ridículo y que a su negocio lo que le vendría
mejor es esto. Pero como ese señor no se da cuenta de que es un
patán ridículo la mejor idea para su negocio la va a rechazar,
porque eso implicaría aceptar que es un patán ridículo. Así que
has de montar una nueva ecuación, esta vez con dos variables: x=Lo
mejor para el negocio e y=Lo mejor para la idea errónea que alguien
tiene de sí mismo.
Igual tú tienes problemas para aceptar
la segunda variable, porque no es racional, pero en realidad es
superracional. La gente necesita pensar de sí misma que es esto o
aquello porque si no su vida se derrumbaría. Diablos, mantener una
vida en pie es superracional.