domingo, 2 de abril de 2017

Calvo Mejillones en escabeche

Quizás cuando tú tienes un mal día llegas a casa y te pones un whisky, un ron, un gin, un vodka. Según el segmento sociodemográfico al que pertenezcas. Yo pertenezco a uno propio, personal. Está construido y decorado a mis anchas. Por eso cuando yo llego a casa mal me como unos mejillones en escabeche Calvo.


Los mejillones en escabeche Calvo es a lo que te tiras cuando tienes depresión. Hoy la depresión está prohibida, aunque todo el mundo está deprimido. Vivimos en la mayor crisis económica de la historia pero Podemos hace campaña apelando a que sonrías. A que tu sonrisa es muy poderosa. Natural que en esas elecciones se pegaran el batacazo, porque apelaban a algo que es falaz.

No es plan de ir amargándole la vida a la gente con tus desdichas, por eso existen los psicólogos, así que buena cosa es que, aunque sea por cortesía, suelas sonreír por lo menos de vez en cuando. Pero creerte que la vida es como promulga Mr. Wonderful es contraproducente, eso te lo dirá cualquier psicólogo. Por si no vas.


Como no nos gusta como somos hemos inventado Mr. Wonderful. Como no nos gusta estar ahogados en mierda fingimos que no existe. Sin embargo la mierda está, deliciosa, atragantada en tu garganta, porque te la han hecho tragar. Para las labores de desatascado no se utilizan las flores y los corazones, se usan productos agresivos como Pato WC o mejillones en escabeche Calvo.

Por tanto, cada semana y media-dos semanas yo practico mi particular rito de desatascado. No forma parte de mi agenda, mi ciclo vital así lo impone. Cada semana y media-dos semanas empiezo a sentirme alterado y hasta que no vomito un buen cacho de bosta previa ingesta de comida corrosiva no me siento bien. Ya ves, tú sonríes y yo vomito mierda. Esta claro, por fin, quién es el más interesante de los dos.


Vomitar mierda es lo más liberador que hay. No se me ocurre una metáfora mejor para la libertad completa. La gente suele representar la libertad como un corro de personas bajo un arco iris. Yo la represento con un vómito de heces.

A mi me cae mal casi todo el mundo, así que eso de tener que darme la mano con dos personas cualesquiera en un corro de la patata me llena de escalofríos.


Los mejillones saben fuerte y luego se me quedan en el estómago más tiempo que una comida corriente. Este es el mood perfecto para el acontecimiento feliz.

¡Bluuuuaaaaaaaargh! ¡Ya me siento mucho mejor!