Eeeeeeeeeeeeey. Maus. ¿Creías que
nunca iba a hablar de Maus? Sí, hombre, lo que pasa es que no me
gusta caer en la obviedad, eso es todo.
Maus es la madre del cordero. Yo diría
que Maus creó los hipsters. Cuando lo hizo no nos dimos cuenta,
porque una semilla de mostaza, aunque luego se convierta en un árbol
muy grande, al principio se ve poco. Pero con el paso del tiempo te
ibas dando cuenta de que todos los tontolapolla de tus amigos que
querían ser guays habían leído Maus. Así que se convirtió en un
código secreto, como los cascos del iPod.
Si alguien también había leído Maus,
como tú, ese alguien pasaba a ser parte del club secreto. Los guays
somos esa raza anfibia que caza por la noche, se nos ve poco pero que
haya pocos insectos que te piquen es gracias a nosotros, porque nos
los comemos.
Si querías ligar y la que te
interesaba también se había leído Maus ¡eureka! ya teníais ese
vínculo intelectual tan apreciado en la década de los 20. Luego era
una loca, pero de eso ya te das cuenta en la década de los 30.
Maus era un tebeo pero como triste, y
lo triste es moderno. La comedia es superpureta. Si quieres ser
moderno tienes que estar triste. No por impostura, sino porque tu
sensibilidad exquisita se pone triste ante los horrores del mundo.
Y Maus trata justamente de eso, de los
horrores del mundo. De los cometidos en la Segunda Guerra Mundial,
para más señas. Me pregunto qué tebeo dará testigo de los
horrores cometidos en la Tercera Guerra Mundial, nuestra querida
Crisis. Imagino que eso ya lo hará un videojuego.
Bueno, miento, ese videojuego ya
existe. Yo diría que es The Stanley Parable.
¡Recuerda con alegría cuando leíste
por primera vez Maus, querido amigo! Ese día pasaste a formar parte
de El Club de los Cinco, ese reservado a los guays entre los guays.
Los más guays de todos. La quintaesencia de lo guay.
No sé cómo está el tema de Nuevos
Miembros últimamente. Hace mucho que no paso por secretaría.
Entiéndeme, secretaría está en la primera planta y yo siempre
estoy en la cuarta. Entiéndeme.