lunes, 10 de abril de 2017

BMW i3

¡Por si acaso! Por si eso de los coches eléctricos tira para delante, nosotros vamos a sacar un modelo. ¡Por si acaso!


Qué listos estos de BMW. Si el coche eléctrico queda reemplazado por el de hidrógeno dejan de fabricar este y aquí no ha pasado nada. Y si el que gana es el eléctrico siempre pueden decir que fueron “pioneros”. ¡Qué listos!

Francamente, el i3 es un armatoste. Así cuadradote, con unas líneas que hablan a gritos de que este coche es como del futuro. Parece uno de esos prototipos que nunca se acaban viendo en las calles. Imagino que en BMW se pusieron nerviosos con eso del coche eléctrico e hicieron las cosas así un poco deprisa y corriendo. ¡Ponle la carrocería del prototipo ese! ¡Sin peros! ¡Hay que estar en el mercado!


Ya me dirás tú quién puede permitirse este bicho. Ya no sólo un BMW, un BMW eléctrico. Flan con nata. Además, tienes que vivir en un chalé, porque cargadores en las calles no los hay. Puedes ir a algunas gasolineras Repsol donde hay un cargador eléctrico allí, al fondo, pero eso no acaba de funcionar. El señor que se compró este coche tuvo que estar movido por motivos alejados de la practicidad, esto es, el prestigio.

Realmente para tener un coche eléctrico hay que ser un cuñao. Hoy todo el mundo sabe que “el coche eléctrico es el futuro”. Lo sabe tanta gente que yo diría que es demasiada como para darle credibilidad a lo de que “el coche eléctrico es el futuro”. Es demasiado evidente. Aquí falla algo.


He visto ya algunos Tesla por la calle y yo no diría que iban conducidos por intelectuales, por gente que lleva la sociedad adelante. Yo creo que iban conducidos por cuñaos, que querían darle en los morros a su cuñao (los cuñaos practican cruentas guerras de prestigio entre ellos) y para asestar la estocada definitiva se han comprado un Tesla. ¡Jaque mate! Esto gana a tu Cayenne. Un Tesla es la bomba atómica del cuñao.

Algún día tendré que pillar un emov o un Car2Go para ver cómo es eso de conducir un coche eléctrico. Francamente, yo hasta ahora estoy receloso: la gente que va en emov o Car2Go, como el coche no es suyo, va haciendo rallys por la calle. Mala señal. Por otro lado, los coches eléctricos casi no emiten ruido y he estado a punto de ser atropellado por algún niñato que otro que iba haciendo rallys con su coche colaborativo. Como no se les oye venir...


El coche este mola, claro que sí, pero como especialista en juguetes que soy algo me da mala espina. Huele a cuando se pone de moda un juguete y todo el mundo se dedica a fabricarlo, siguiendo la simpática estrategia del Me Too. La estrategia del Me Too es como se conoce en los círculos empresariales al callejero ¿Dónde va la gente? Donde va Vicente.

Alguien debería darle B12 a Vicente porque lleva un pedo que no se tiene en pie. Esto de los coches eléctricos tiene un devenir errático. No sé, yo voy a seguir fiel a mi apuesta inicial, Hyundai con su coche de hidrógeno, que se pueden llenar en surtidores, como se ha hecho de toda la vida de Dios. En vez de gasolina les echan hidrógeno líquido. Yo eso sí lo veo.