Si vas a coger un vuelo te compras un
Toblerone en el aeropuerto. De toda la vida. Pues bien, ahora puedes
mezclar esa sensación tan clase turista con la sencillez de entrar a
un chino a pillar un polo.
Toblerone tiene la gracia de que es
triangular y está dividido en secciones. Su textura es especial, es
un poco tedioso de masticar aunque no llegue a ser agotador. Se han
llegado a hacer Toblerones de tamaño gigante, para que la
experiencia de compra sea divertida, llena de jolgorio.
Toblerone tiene un chic especial entre
la oferta de chocolatinas. Es una chocolatina más pero a la vez
tiene un toque real. Real de realeza. Digamos que es un marqués, uno
de esos títulos que están guay pero que no llevas una corona en la
cabeza.
Están Mars y Twix, las que yo entiendo
como las Coca-Cola y Pepsi de las chocolatinas. Luego están todas
las demás. Snickers, Lion, una que sabe a coco... Hay que estar muy
desesperado por arañar un trocito de cuota de mercado para hacer una
chocolatina de coco, dicho sea de paso.
¿Recordáis que Twix al principio se
llamaba Raider? ¿No? ¡Qué millennial!
Este helado Toblerone tiene buena
pinta. Tiene forma triangular, como Toblerone normal, lo que deja
patente que Nestlé tiene unos diseñadores de helados a los que no
se les pasa una. Ser diseñador de helados tiene que molar pero si es
en una startup, porque todo el mundo sabe que hoy en día trabajar en
multis es de cuñado.
Hoy en día trabajar en multis está
muy mal visto. Das la impresión de que no has tenido valor para
seguir tus sueños, y eso hoy está como fatalmente visto. Puede que
en el bolsillo no tengas más que telarañas, pero si has seguido tus
sueños tienes un respeto social de toma pan y moja. Sin embargo si
tienes pelas y no has seguido tus sueños la gente te mira mal, como
al que hace trampas en el Monopoly. ¡Vaya bajón para mi cuñado!
A los cuñados hoy no les queda más
remedio que comprarse un Tesla, porque de comprar un Cayennne
entrarían en la zona de los cuñados hardcore, una raza de cuñados
que incluso entre los cuñados está mal vista. Los cuñados hardcore
se asocian al ala dura del PP, la que roba a manos llenas, no como
Cospedal, Rajoy, Cristina Cifuentes, que son cuñados pero buenos, de
los que no roban. Hoy están los cuñados que roban y los cuñados
que no roban.
Un cuñado que no roba es un niño
buenecito, que no es muy guay pero es formal. El cuñado que roba es
el bully, que es una raza que toda la sociedad está extirpando. Hoy
la sociedad es como la escena de Toy Story en la que todos los
juguetes mutilados se unen para destruir al bully que los mutiló.
¡Pues menudo papelón! No me gustaría ser ese bully.