domingo, 9 de abril de 2017

Bravo Murillo

¿Malasaña ya no te llena? ¿Crees que la pureza se ha desvanecido? ¿Demasiado niño pijo fingiendo que es bohemio? Cómo te entiendo.


Si tienes hambre de da real deal te recomiendo que vayas a Bravo Murillo. No, no el primer cacho; es el cacho entre Cuatro Caminos y Tetuán. Más pabajo vivimos otros pijos, los que creímos que Malasaña ya no y nos fuimos hacia San Bernardo. Pero como yo nací en esta casa no me considero de su pandilla. Me considero El Auténtico Rey.

Sea como sea, Bravo Murillo es como era Malasaña al principio: un barrio-barrio donde la gente hace vida de barrio-barrio. Hay más inmigrantes que baldosas en la acera y los malotillos se agolpan en la puerta del Sportium. Si no te andas con ojo un yonki te puede mangar la cartera y las tiendas de superocasión se amontonan por doquier. El caldo de cultivo de la modernidad.


La modernidad tiene que ver con la autenticidad y la autenticidad es sucia. La falsedad está llena de maquillaje para que no se vea la suciedad. La gente de poca categoría se avergüenza de ser sucia y no puede soportarlo. Las clases superiores no sólo aceptamos la suciedad como una parte de nosotros mismos sino que la celebramos, ya que Dios nos creó del barro. Habría que ser muy soberbio para fingir otra cosa.

Bravo Murillo tiene un Worten, el Media Markt de los pobres. Tiene Dealz, el supermercado británico rompeprecios. Y por supuesto tiene un Cex, la tienda de segunda mano de productos multimedia. Y tiendas de segunda mano normales también tiene un montón.


No, no he dicho vintage, he dicho segunda mano; vintage es en lo que se convierte la segunda mano cuando eres un pijo. Aquí no hay tiendas de ropa de segunda mano, las hay de cafeteras, tostadoras, relojes despertador. Cosas necesarias. Hoy hay tanta ropa que abruma. Primark es casi más barato que Humana. ¿Quién quiere ropa de segunda mano? Un puto cerdo.

Lo que queremos son enseres de segunda mano, porque estamos muy mal de dinero pero seguimos queriendo tostadas para desayunar. Pero una tostadora en El Corte Inglés no nos la podemos comprar. Así que necesitamos tiendas de segunda mano no de ropa, que en estos tiempos ir guapo da igual; lo que importa es darle a tu hija tostadas.


Por tanto Bravo Murillo es el barrio más moderno actualmente. Porque no tiene maquillaje. Las cosas se ven como son. No hay lujo más elevado. Puede que tú creas que sí, pero tú eres idiota. No cuentas.

¿Qué haces que no estás yendo a alquilar tu primer piso a Bravo Murillo? Ahora es donde está la movida.