sábado, 22 de abril de 2017

Valiant

Valiant es una de estas películas chungas, que tienes que ponerte un poco de su parte para que te guste. Tienes que pasar por alto sus defectos y maximizar sus virtudes. Si no es posible que no aguantes hasta el final.


Además, tienes que ponerla en versión original, porque el protagonista está doblado por Paco León y el pobre lo hace fatal. Casi es mejor el trabajo de Fernando Tejero en El Espantatiburones, que de malo con el tiempo se ha convertido en bueno. Pero aquí Paco León me temo que no ha conseguido llegar a esa alquimia de la serie B. Se queda en malo, lamentablemente.

Valiant va de lo de siempre, de que en el envase pequeño está el buen perfume. Pero los personajes de esta peli están como dibujados que echan un poco para atrás. Te pasas la peli con la nariz fruncida, para no dejar que el hedor llegue a procesarse y llegar a tu cerebro. A veces se cuela un hilillo de peste, hay que admitir.


Lo bueno de esta película es que de segunda mano cuesta 1 € y por sólo una monedita tienes la estantería un poco más llena. Además, pertenece a La Gran Época de la Animación 3D, inaugurada por Pixar con Toy Story y seguida por todos los demás. Así que, bueno, si te gusta coleccionar y tal no está de más que te hagas con ella. Por esta razón la he comprado yo, porque ya la había visto y sabía lo que me esperaba.

La película es del productor de Shrek, película que a mi no me gusta mucho aunque su tercera parte sea excelsa y su spin off, El Gato con Botas, sea de la misma alta factura. Pero poner al productor de Shrek como garantía de calidad a mi no me entra por buen lugar.


Sin embargo, no todo son cosas malas: si pones la versión doblada, además de con Paco León, te encontrarás con Florentino Fernández, que es un buen tipo con gracia a paladas. Además, también está Jose Luis Gil, que es capaz de convertir una piedra en algo de lo que te enamores.

Supongo que ese era el poder del Rey Midas, ¿no? Transformar cualquier cosa en oro. Es un poder que me gusta. Igual lo tienen en El Corte Inglés.


Transformar cualquier cosa en oro es divertido. El tema está en añadir un interruptor de on y off al poder. Si no no podrás tocar nada, porque todo lo que toques se convertirá en oro y el oro no se puede comer. También te puedes poner guantes, pero no sé, ir todo el día con guantes se me hace un engorro. Mejor el interruptor. Ya que nos ponemos a inventarnos cosas vamos a inventarnos una útil, para variar.

¿Qué más cosas útiles podríamos inventar hoy? No es tan fácil, si no lo haría todo el mundo.