miércoles, 19 de abril de 2017

Astérix & Obélix Al servicio de su majestad

Mi afición reverencial por Movistar+ me está reportando muchos beneficios. Lo más importante de todo ha sido encontrar un reducto libre de hipsters donde se puede pensar sin que ondas ultrasónicas aguijoneen mi cansado cerebro.


De todo lo que está pasando actualmente soy fan de las empresas fachas: Movistar, Santander, El Corte Inglés... Los “tontísimos” fachas son los únicos que demuestran haber aprendido algo de la crisis. Se han dado cuenta de que con el rodillo perdemos todos y han tomado medidas hipster para mejorar su oferta. Son iguales que antes pero mejores.

Sin embargo los hipsters siguen igual que antes de la crisis: soberbios, insolentes, sabelotodos... No han aprendido absolutamente nada. Sus proyectos siguen teniendo el mismo problema que han tenido siempre: carecen de solidez.


Los hipsters se han pensado que todos los problemas eran causa de los fachas y que ellos, simplemente, eran las víctimas. Por tanto en ese eterno victimismo lo que han hecho es seguir huyendo hacia adelante, como han hecho desde que eran niños. Ni una Apocalipsis les ha hecho sospechar que, quizás, el problema lo tengan ellos.

No quiero mencionar nombres comerciales para no ofender a nadie, pero no conozco ni una sola empresa hipster que no sea mucho ruido y pocas nueces. En el mejor de los casos funciona pero ni por asoma funciona como nos prometieron que funcionaría. No hay nada más devastador para el público que un espectáculo de luces sin grupo que toque rock & roll.


Si eres aficionado a los videojuegos me creerás: Peter Molyneux, No Man´s Sky, RiME... Por no hablar de los proyectos Kickstarter. Los hipsters se han creído que los fachas son tontos. ¡Eso de levantar empresas faraónicas no tiene ningún mérito! Los fachas, si han llegado a algo, es por abusones.

La vilipendiadísima Cospedal pidió perdón por las víctimas del Yak-42; ¿alguien de izquierdas reconoció que eso tiene mucho valor? ¿Reconoció alguien que Cospedal lo había hecho espectacularmente bien? No, se rabiaron más todavía porque el enemigo había dado con la tecla.


Estar eternamente rabioso, bueno, tiene su coña. Da un barniz guay a tu osamenta. Pero poco más. Así no se puede llegar a nada grande, verdaderamente grande.

Pero si tu rollo es ser moderno, como el mío, tienes que estar rabioso. Ese es el germen de la modernidad. Pero hazlo un poquito mejor. Sólo te digo eso. Fíjate qué poco te pido.