jueves, 6 de abril de 2017

La ciudad que quieres - Madrid

Ay, Carmena, ay, Carmena. A acabar con los fascismos, ay, Carmena, ay, Carmena.


El eslogan de Madrid de Carmena está bien. La ciudad que quieres, por un lado, significa la que deseas, el Madrid como tú lo harías, etc. Por otro lado, significa la ciudad que amas, porque Carmena es muy buena persona y muy cariñosa y sabe que eso del amor todo lo puede.

Cuando llegó Carmena al ayuntamiento todo estaba manga por hombro. La mierda se acumulaba en las calles y aquí nadie hacía nada al respecto. Sin embargo, Carmena ha hecho una labor de jardinería cuidando Madrid. No sé qué otros talentos se le deben exigir a un alcalde.


Los políticos así tontos se pirran por el poder. Las clases bajas, en general, se pirran por el poder. Como no tienen poder personal alguno es lo que más desean del mundo. Harían cualquier cosa porque alguien, por fin, les haga caso. Por tanto remueven Roma con Santiago para alcanzar puestos de influencia, cosa que a las personas normales ni nos va ni nos viene.

Sin embargo, como a los niños tontos, no se les puede dejar demasiado sueltos. Al menos, ya no. Ya todos hemos visto lo que pasa si dejamos a los niños tontos sueltos. Así que, aunque sólo sea por responsabilidad, las personas normales hemos de tomar puestos de poder, aunque nos la sude un poco eso del poder. No es una cuestión de poder, es una cuestión de responsabilidad.


Admiro mucho a Carmena por tener que haber lidiado con tanto retrasado mental. En tiempos de paz es cansadísimo lidiar con retrasados mentales, así que en tiempos de guerra, cuando los retrasados mentales están crecidos, en su ceguera, ya es agotador. Hemos de dar gracias a esa señora que no tiene ambición política alguna porque pusiera su prestigio al servicio de una causa buena, justa.

La Historia recordará a Carmena como la alcaldesa punky, la que se la suda todo pero tiene la grandeza de aguantar a tontos terminales. Aguantar tontos es, con mucha diferencia, el trabajo más duro del mundo. Debería estar pagado con oro y diamantes.


Como no queremos que las tragedias perpetradas por los tontos vuelvan a repetirse, los listos hemos de hacer una conjura. Para conseguir que no se vuelva a imponer La Conjura de los Necios hemos de hacer La Conjura de los Listos.

Es tan sencillo como ir dando de lado a los tontos haciendo como que no te das cuenta. Y así, cuando menos nos lo esperemos, no tendrán influencia ninguna. Y un mundo libre de tontos se desplegará voluptuoso. ¿No es bonita mi visión?