domingo, 28 de agosto de 2016

American Beauty


He aquí mi primera peli en DVD. Mis primeras pelis en DVD son esta y Matrix. O sea, canela fina. Yo no sé si esta me la regaló una novia o qué. Lo que una novia me regaló seguro fue el reproductor de CD-ROM para el ordenador, que imagino que sería el 486, porque el Pentium III, el otro PC que tuve, ya venía con DVD. Así que sería para el 486.


Como premio, la dejé porque me pasó como en la canción de Ella Baila Sola. ¿Por qué ya no es mi tipo? ¿Por qué no es lo de siempre?

¿Por qué ya no me baila un gusano en la tripa cuando suena el teléfono y escucho su voz?


Será que la rutina ha sido más, más fuerte.

¡Pero me cuesta tanto decir no a la cara!


¿Aguanto un poco más... o lo echamos a suertes?

¡Lo echamos a suertes!


Y pum, la dejé.

Que se joda.


Por aburrida.

American Beauty trata de un tronco que no puede más. Puto trabajo. Puta mujer. Puta vida. Lo mando todo a tomar por culo. Me monto una movida para salir de este puto infierno. ¡Algo tendré que inventar! No es tan fácil escapar de Alcatraz.


La peli trata de lo mismo que Matrix y El Club de la Lucha pero contado desde el costumbrismo. Personalmente, para llevar a cabo este tipo de evasiones, prefiero la épica de El Club de la Lucha y la imaginería de Matrix. Pero oye, si a ti te va más el costumbrismo, no seré yo el que te quite de tu placer.

A mi es que el costumbrismo me gustaba más cuando estaba el tercero de B.U.P., cuando me leí Tres Sombreros de Copa y San Manuel Bueno Mártir. Hay que reconocer que de todas las mierdas que han escrito nuestros abuelos esas dos no estaban mal.


Mihura era un mihura, un descojone de tío. Por aquella época andaba yo flipado con Faemino y Cansado, máximo exponente del teatro del absurdo de nuestra época, y Tres Sombreros de Copa me encajó como la última pieza de un puzzle en mi vida por aquel entonces. Me pusieron muy buena nota en aquel trabajo, sí.

San Manuel Bueno Mártir, de Unamuno, me conmovió la tira. ¡Qué desasosiego! Para un cura perder la fe es una putada como la copa de un pino. ¿Qué luz guiará mi vida a partir de ahora? ¡Todo mi mundo se derrumba! ¡Dios mío, ya no le veo sentido a nada!


Ahí había unos simbolismos super absurdos que yo nunca entendí. Había un lago que era símbolo de no sé qué mierda que a mi me parecía una tontería entonces y sigo sin verle la gracia ahora que he crecido. Me temo que muchas de las cosas que nos enseñaban en el colegio como oro puro no son más que chorradas glorificadas.

A mi lo que me gustaba de ese libro era la desesperación que el cura transmitía, súper fidedigna. Dibujé una portada para ese trabajo con el Corel Draw, ahí, con tres o cuatro trazos en vectorial, que todavía la tengo en la retina. ¡Qué bien captaba la esencia del puto libro de los cojones!


A mi lo que más me gustaba de los trabajos era hacer las portadas. Hacerlos era la excusa para hacer la portada. Todo lo demás me importaba cero patatero coma.

Y ¡nada! ¿Por qué ahora necesito estar con mucha gente y cuando estamos solos no le quiero besar?