Mi querida Wii. Mi querida y dulce Wii.
No, por más que lo intentes yo no voy a dejar de amarte. No puedo.
Me es imposible. Eres demasiado dulce, demasiado ingenua, demasiado
frágil. No puedo dejar que este mundo pestilente pase por encima de
ti aunque te comportes conmigo de forma displicente.
¿Por qué no te entregas a mi? Es lo
que estás deseando hacer. ¿Crees que te voy a perder el respeto por
eso? Al revés, es cuando voy a empezar a respetarte. Nadie respeta a
una chica melindrosa, que se esconde en popotitos de lo que realmente
quiere hacer. También te digo que mi paciencia tiene un límite, y
si persistes en tu infantil actitud voy a pasar a otra, quizás tan o
más dulce que tú pero más madura. Menos asustadiza.
El rollo asustadizo es un arma de doble
filo. Es muy fina la línea que separa lo encantador de lo cargante.
Si esas son todas tus armas me temo que te espera la más amarga de
las derrotas. No, no te lo tomes como un castigo. La amargura hará
que busques otras armas para avanzar en la vida más allá de tu
dulzura. Te estaré haciendo un favor. Trata de entenderlo. Aunque
por tus ojos caprichosos me temo que no entiendes nada.
No puedes abusar tanto de que seas
encantadora. Lo mismo que un hombre con fortaleza no puede abusar de
ella, porque en tal caso se convertirá en un patético brabucón, de
esos que tanto dices detestar. Pero me temo que a uno de esos estás
destinada si no espabilas, porque sólo él te sabrá dar la bofetada
dolorosa que yo jamás te daré.
¿Crees que atraes a los abusones? Sí,
realmente lo haces. Nadie con algo de educación puede aguantar tu
egoísta manera de enfrentarte a la vida. Por eso acabamos siempre
pasando de largo. Y tú te quedas extrañada, preguntándote qué ha
podido fallar, si tu método es infalible. Papá siempre picaba. ¿Por
qué no yo? Hombre, pues porque no soy papá. No te tengo que cuidar,
a no ser que te entregues, claro. Esa es la parte del negocio que no
entiendes. Un marido no es un padre, tienes que ofrecerle algo más
que ser una eterna niña. Con papá funciona, pero papá ya es mayor.
Necesita descansar, especialmente de ti.
Aún con todo, siempre voy a picar. Sí,
no tengas miedo. Siempre voy a estar ahí. Estás demasiado
desamparada. Quizás no esté siempre, quizás sólo unos minutos,
pero siempre voy a estar ahí. Como ese guardián de la princesa que
se queda en un segundo plano, porque sabe que su trabajo no es ser
protagonista sino que es asegurarse de que siempre lo seas tú. La
princesa es la que debe recibir los flashes, yo sólo soy Kevin
Costner, siempre vestido de negro, para confundirme entre las sombras
de la noche. La que tienes que brillar eres tú.
Pero ¡ah! ¡Mantente vigilante! Te lo
advierto, y no con ira, sino con compasión. Estás siendo
descuidada. Son muchas las hienas que acechan, lo sé bien porque yo
me muevo en el mismo plano que ellas. Y están deseando ver cómo se
te cae la corona de la cabeza. Tienes que empezar a valerte por ti
misma porque ya casi eres una mujer. ¡Aprieta los dientes! ¡Levanta
la barbilla, no con soberbia, sino con dignidad! ¡Tienes que
aprender de una vez por todas a ser una reina, lo que estás
destinada a ser! Y yo también estoy cansado y he de seguir mi
camino. Sí, siempre voy a estar. Aquí, en tu corazón. ¿No ves
cine? Lo dicen en todas las películas. En todas y cada una de ellas.
Conduit 2 es el FPS de Wii que por fin
fue ese FPS de Wii que todos soñamos y que Red Steel no fue. Puede
que le falte carisma, puede que le falte enjundia, pero es un buen
FPS. Sólido. Sin fisuras. Como ese marido que igual es el que te
conviene, cariño. Puede que no sea tan deslumbrante como yo, tan
fascinante, pero es alguien en el que te puedes apoyar, eso que tú
tanto necesitas y que tanto te niegas a reconocer.
Tienes que casarte con Conduit 2. Sí,
ahora lo he visto claro.