lunes, 22 de agosto de 2016

Conduit 2


Mi querida Wii. Mi querida y dulce Wii. No, por más que lo intentes yo no voy a dejar de amarte. No puedo. Me es imposible. Eres demasiado dulce, demasiado ingenua, demasiado frágil. No puedo dejar que este mundo pestilente pase por encima de ti aunque te comportes conmigo de forma displicente.


¿Por qué no te entregas a mi? Es lo que estás deseando hacer. ¿Crees que te voy a perder el respeto por eso? Al revés, es cuando voy a empezar a respetarte. Nadie respeta a una chica melindrosa, que se esconde en popotitos de lo que realmente quiere hacer. También te digo que mi paciencia tiene un límite, y si persistes en tu infantil actitud voy a pasar a otra, quizás tan o más dulce que tú pero más madura. Menos asustadiza.

El rollo asustadizo es un arma de doble filo. Es muy fina la línea que separa lo encantador de lo cargante. Si esas son todas tus armas me temo que te espera la más amarga de las derrotas. No, no te lo tomes como un castigo. La amargura hará que busques otras armas para avanzar en la vida más allá de tu dulzura. Te estaré haciendo un favor. Trata de entenderlo. Aunque por tus ojos caprichosos me temo que no entiendes nada.


No puedes abusar tanto de que seas encantadora. Lo mismo que un hombre con fortaleza no puede abusar de ella, porque en tal caso se convertirá en un patético brabucón, de esos que tanto dices detestar. Pero me temo que a uno de esos estás destinada si no espabilas, porque sólo él te sabrá dar la bofetada dolorosa que yo jamás te daré.

¿Crees que atraes a los abusones? Sí, realmente lo haces. Nadie con algo de educación puede aguantar tu egoísta manera de enfrentarte a la vida. Por eso acabamos siempre pasando de largo. Y tú te quedas extrañada, preguntándote qué ha podido fallar, si tu método es infalible. Papá siempre picaba. ¿Por qué no yo? Hombre, pues porque no soy papá. No te tengo que cuidar, a no ser que te entregues, claro. Esa es la parte del negocio que no entiendes. Un marido no es un padre, tienes que ofrecerle algo más que ser una eterna niña. Con papá funciona, pero papá ya es mayor. Necesita descansar, especialmente de ti.


Aún con todo, siempre voy a picar. Sí, no tengas miedo. Siempre voy a estar ahí. Estás demasiado desamparada. Quizás no esté siempre, quizás sólo unos minutos, pero siempre voy a estar ahí. Como ese guardián de la princesa que se queda en un segundo plano, porque sabe que su trabajo no es ser protagonista sino que es asegurarse de que siempre lo seas tú. La princesa es la que debe recibir los flashes, yo sólo soy Kevin Costner, siempre vestido de negro, para confundirme entre las sombras de la noche. La que tienes que brillar eres tú.

Pero ¡ah! ¡Mantente vigilante! Te lo advierto, y no con ira, sino con compasión. Estás siendo descuidada. Son muchas las hienas que acechan, lo sé bien porque yo me muevo en el mismo plano que ellas. Y están deseando ver cómo se te cae la corona de la cabeza. Tienes que empezar a valerte por ti misma porque ya casi eres una mujer. ¡Aprieta los dientes! ¡Levanta la barbilla, no con soberbia, sino con dignidad! ¡Tienes que aprender de una vez por todas a ser una reina, lo que estás destinada a ser! Y yo también estoy cansado y he de seguir mi camino. Sí, siempre voy a estar. Aquí, en tu corazón. ¿No ves cine? Lo dicen en todas las películas. En todas y cada una de ellas.


Conduit 2 es el FPS de Wii que por fin fue ese FPS de Wii que todos soñamos y que Red Steel no fue. Puede que le falte carisma, puede que le falte enjundia, pero es un buen FPS. Sólido. Sin fisuras. Como ese marido que igual es el que te conviene, cariño. Puede que no sea tan deslumbrante como yo, tan fascinante, pero es alguien en el que te puedes apoyar, eso que tú tanto necesitas y que tanto te niegas a reconocer.

Tienes que casarte con Conduit 2. Sí, ahora lo he visto claro.