domingo, 21 de agosto de 2016

Arcana Heart 3


Hay juegos ultrasofisticados, como SFIV, que te quedas loco con los graficones que han puesto ahí. Y luego hay otros sencillos, como hechos por un hada, como este Arcana Heart 3.



Soy muy amante de las cosas como hechas por hadas. ¡Qué grácil! ¡Qué fácil! Como un arpa. Déjate de orquestas. Con una arpa, con una lira, voy que me mato. ¡Qué sutil! ¡Qué delicado! Como braguitas blancas de encaje. ¡Puaaaaaagh! ¡Odio que te pongas tanga! ¿Qué eres, una prostituta? Otra puedo entender que tire de tanga, pero tú, que eres como poesía al viento... No me jodas.

En Arcana Heart 3 no hay tangas, gracias a Dios. Vale, que sí, que va de ese rollo riot grrrls, en plan que parecen dulces niñitas candorosas pero en realidad son tigresas que te rebanan el cuello a la que te descuides. Pero todos sabemos que detrás de una riot grrrl hay una decente y dulce mujercita que sólo está pidiendo un poco, aunque sólo sea un poquito, de respeto.


A mi no me tienes que montar el numerito. Vamos, móntamelo si quieres, pero no me voy a asustar. Voy a seguir mirándote hipnotizado, esperando que dejes de hacer la mequetrefa y te vengas aquí conmigo, a darme un beso.

Arcana Heart 3 tiene gráficos como de Saturn, que todos sabemos que es la consola donde las 2D llegaron a su máximo esplendor. Saturn fracasó, pero he de confesar que si yo hubiese sido Sega hubiese hecho el mismo movimiento. Veréis:


Cuando terminó la era de los 16 bits y se empezaron a preparar los 32 había que tomar una decisión: apostar por los incipientes gráficos 3D, en aquel entonces en pañales, en bragas, pero no en bragas de encaje, sino en sucias bragas cagadas, o seguir apostando por las 2D, ya evolucionadas y así perfeccionarlas más todavía. Sega apostó por el segundo camino que exponemos. La gente, que ya sabéis cómo es, prefirió la Coca-Cola al vino de crianza y se decantó por las 3D. Aquella decisión popular llevó al escenario actual, donde las 3D son el 99% del mercado.

Sin embargo, a día de hoy, uno mira los juegos de Saturn y, caray, qué exquisitos. Qué finos. Realmente allí las 2D alcanzaron su máximo esplendor, sin duda alguna. Las 3D están guay, eso no lo puede negar nadie, pero las 2D dan una sensación de artesanía frente a producción industrial que yo, por lo menos, agradezco en gran cuantía. ¡Qué Bomberman! ¡Qué Street Fighter! ¡Qué todo! Parecían dibujos animados. Y que los gráficos pareciesen dibujos animados es lo que todos soñamos durante la era 8-16 bits. ¿Por qué no tomar ese camino?


En aquel momento yo no pensaba así, claro. Uno veía Battle Arena Toshiden de Playstation y, joer, vaya tela. Era un flipe. Uno no podía quedarse en Saturn, el cuerpo pedía Play. Es así. Éramos adolescentes, jovencitos, y a un jovencito no le puedes venir con argumentos tipo “es que este camino es mucho más refinado, más exquisito”. ¡Papá, no me rayes! ¡Cierra tu boca de viejo y cómprame la Play, joder!

Caray, hijo, qué modales. Qué mal te he criado.


Puede que Saturn fracasara, pero a día de hoy yo lo que tengo en el desván es una Saturn japonesa y no una Play. Es la consola que la miras y ¡ooooooh! ¡Qué gustirrinín! Es como, no sé, un sello mongol, para el que coleccione sellos. No tengo ni puta idea sobre el mercado de coleccionismo de sellos. Pero del mercado de coleccionismo de consolas sé un rato y te digo que no vas a encontrar nada más exquisito que una Saturn japonesa, ahí toda blanquita, mmmmmm. ¡Qué bonita! ¡Qué valores tan espléndidos evoca!

Una Turbografx, otra pieza exquisita. La tengo, in da box. Wonder Swan, buah, pieza exquisita, la tengo también. Neo Geo Pocket, piezón. Nole. Game Boy Light, piezón. Nole. ¡Coño, es que una Game Boy Light cuesta un pico! ¡No me agobies!


Ya ves, hay unas sutilezas maravillosas difíciles de explicar en el mercado del coleccionismo. Hoy en día quizás la Play 2, la consola más vendida de la historia, es la que tiene un valor de coleccionista más burdo. Y no es una cosa de “hacerse el rarito”. Es que... ¡Es que ese no es el rollo! La Play 2 evoca la masa, la tontería colectiva, el ovejismo, esos valores descartables, que no perduran con el tiempo. Expones una Play 2 y, no sé, mola porque es bonita, pero no es lo mismo en ningún caso que una Saturn. Saturn habla de la derrota, del pundonor, de la calidad que el vulgo no supo ver, es como el Che Guevara mirando al horizonte, hasta la victoria siempre. La Play 2 es como Donald Trump gruñendo, diciendo que le votes o te vas a enterar de lo que vale un peine. ¡Joder! Yendo así por la vida nadie te recordará, tío. O te recordará por cosas por las que no merece la pena que uno sea recordado.

Arcana Heart 3 es de esos juegos que mola exponer. Te dan ganas de abrazarlos, no como a Donald Trump, que da ganas de escapar en dirección contraria. Yo creo que en la vida hay que ser como Arcana Heart 3, como Saturn. No todo es que te alaben los tontos de turno. Ese no es el motivo por el que avanza el mundo, el mundo avanza a pesar de ello.


Y, hombre, qué lado de la barricada es mejor es evidente.