He aquí una película que trata con
respeto a la Tortugas Ninja Mutantes Adolescentes. No es una
superproducción, como la última de Michael Bay (o las últimas),
pero conceptualmente está mucho más refinada.
En esta peli partimos de una situación
que a los conocedores de las TMNT no nos extraña; Leonardo, el
sólido líder del grupo, está exiliado en una selva llena de
peligros para endurecer sus cualidades de líder. En casa, sus
hermanos se han vuelto blandos, sobreviven en una sociedad que les ha
olvidado. El único que hace algo por mantener vivo el recuerdo de
los héroes de Nueva York es Raphael, convertido en vengador
nocturno. El fallo que tiene es el habitual en Raphael, que se deja
llevar demasiado por su ira.
Finalmente Leonardo vuelve a casa y
todos le dan la bienvenida, excepto Raphael, que le echa en cara
haberles abandonado.
Leonardo y Raphael arreglan sus
diferencias en una memorable pelea en una azotea y, hala, ya son
hermanos otra vez. No hay nada para aclarar las cosas mejor que una
buena pelea.
¿Quién eres tú de las Tortugas
Ninja? ¿Eres Leonardo, un tipo que hace lo que tiene que hacer
aunque sea un poco aburrido? ¿Eres Raphael, un buen chico que se
deja llevar por sus pasiones? ¿Donatello, un nerd inteligentísimo
pero un poco conformista? ¿O Michaelangelo, un simpático briboncete
que a la que le toquen los cojones te llena la boca de nunchakus?
Quizás seas como yo, un poco todas. Yo
soy Legión, porque somos muchos, somos multitud. Somos el que habita
en tu interior. Somos Ermac, de Mortal Kombat, que en un solo cuerpo
físico cabemos cantidad.
Hay que ser un poco Leonardo. Hay que
saber alimentarse sólo de raíces cuando la situación lo exige y no
quejarse en absoluto. Hay que ser honesto con uno mismo y ver cuáles
son tus puntos débiles para así poder hacer que dejen de serlo. Hay
que saber que lo más importante es la familia y que ellos son el
motor que te permite avanzar y, a la vez, el destino de tu viaje.
Hay que ser Raphael. No puedes dejar
que las circunstancias puedan contigo. Tu espíritu ha de ser más
fuerte que ellas y, si no se dejan doblegar, hay que escupirles tu
furia para que sepan quién manda aquí. Y si te vuelven a tirar al
suelo peor para ellas, porque lo único que han hecho es avivar el
fuego que arde en tu pecho y eso sólo hará que su derrota vaya a
ser muchísimo más dolorosa.
Hay que ser Donatello. Hay que estar
centrado. Hay que ser sensato. Hay que buscar un trabajo indigno para
un cerebro de la categoría del tuyo para poder ganar dinero para
alimentar a tus hermanos. Hay que ser ese centro de equilibrio del
grupo. Hay que ser el que mantiene la cabeza fría mientras Leonardo
y Raphael se dejan llevar por su orgullo. Hay que inventar esa
máquina que a nadie se le había ocurrido que solucionará todos los
problemas monetarios de la familia porque los demás sólo piensan en
pelear. Hay que tener el arma más sencilla pero de más largo
alcance de todas.
Y también hay que ser Michaelangelo.
Hay que comer pizza. Hay que beber soda. Hay que hacer reír a los
demás. Hay que ser un payaso. Hay que tomarse las cosas menos en
serio. Hay que ver la tele. Hay que montar en monopatín. Hay que
pasar de las tonterías de tus hermanos porque, caray, ante una pizza
calentita todo lo demás sólo pueden ser tonterías. Hay que saber
que por lo único que merece la pena pelearse en esta vida es por ver
quién se va a comer ese último trozo de pizza.
Si consigues ser las cuatro TMNT en una
sola persona, enhorabuena, has aprobado mi examen. Ojo, era un examen
muy difícil, ¿eh? Puedes estar contento. He ido a pillar. Y tú,
maldito alumno, lo has aprobado sin despeinarte. ¡Muy bien! Como
ves, cuando eres un patán te dejo el culo rojo, pero cuando eres un
señor te digo lo señor que eres.
¿No sabe mejor que sea menos
indulgente para que así cuando apruebes te siente mejor? Si fuera
más blando la victoria no sabría tan rica.
¿No ves que todo lo hago por ti?