jueves, 25 de agosto de 2016

TMNT


He aquí una película que trata con respeto a la Tortugas Ninja Mutantes Adolescentes. No es una superproducción, como la última de Michael Bay (o las últimas), pero conceptualmente está mucho más refinada.


En esta peli partimos de una situación que a los conocedores de las TMNT no nos extraña; Leonardo, el sólido líder del grupo, está exiliado en una selva llena de peligros para endurecer sus cualidades de líder. En casa, sus hermanos se han vuelto blandos, sobreviven en una sociedad que les ha olvidado. El único que hace algo por mantener vivo el recuerdo de los héroes de Nueva York es Raphael, convertido en vengador nocturno. El fallo que tiene es el habitual en Raphael, que se deja llevar demasiado por su ira.

Finalmente Leonardo vuelve a casa y todos le dan la bienvenida, excepto Raphael, que le echa en cara haberles abandonado.


Leonardo y Raphael arreglan sus diferencias en una memorable pelea en una azotea y, hala, ya son hermanos otra vez. No hay nada para aclarar las cosas mejor que una buena pelea.

¿Quién eres tú de las Tortugas Ninja? ¿Eres Leonardo, un tipo que hace lo que tiene que hacer aunque sea un poco aburrido? ¿Eres Raphael, un buen chico que se deja llevar por sus pasiones? ¿Donatello, un nerd inteligentísimo pero un poco conformista? ¿O Michaelangelo, un simpático briboncete que a la que le toquen los cojones te llena la boca de nunchakus?


Quizás seas como yo, un poco todas. Yo soy Legión, porque somos muchos, somos multitud. Somos el que habita en tu interior. Somos Ermac, de Mortal Kombat, que en un solo cuerpo físico cabemos cantidad.

Hay que ser un poco Leonardo. Hay que saber alimentarse sólo de raíces cuando la situación lo exige y no quejarse en absoluto. Hay que ser honesto con uno mismo y ver cuáles son tus puntos débiles para así poder hacer que dejen de serlo. Hay que saber que lo más importante es la familia y que ellos son el motor que te permite avanzar y, a la vez, el destino de tu viaje.


Hay que ser Raphael. No puedes dejar que las circunstancias puedan contigo. Tu espíritu ha de ser más fuerte que ellas y, si no se dejan doblegar, hay que escupirles tu furia para que sepan quién manda aquí. Y si te vuelven a tirar al suelo peor para ellas, porque lo único que han hecho es avivar el fuego que arde en tu pecho y eso sólo hará que su derrota vaya a ser muchísimo más dolorosa.

Hay que ser Donatello. Hay que estar centrado. Hay que ser sensato. Hay que buscar un trabajo indigno para un cerebro de la categoría del tuyo para poder ganar dinero para alimentar a tus hermanos. Hay que ser ese centro de equilibrio del grupo. Hay que ser el que mantiene la cabeza fría mientras Leonardo y Raphael se dejan llevar por su orgullo. Hay que inventar esa máquina que a nadie se le había ocurrido que solucionará todos los problemas monetarios de la familia porque los demás sólo piensan en pelear. Hay que tener el arma más sencilla pero de más largo alcance de todas.


Y también hay que ser Michaelangelo. Hay que comer pizza. Hay que beber soda. Hay que hacer reír a los demás. Hay que ser un payaso. Hay que tomarse las cosas menos en serio. Hay que ver la tele. Hay que montar en monopatín. Hay que pasar de las tonterías de tus hermanos porque, caray, ante una pizza calentita todo lo demás sólo pueden ser tonterías. Hay que saber que por lo único que merece la pena pelearse en esta vida es por ver quién se va a comer ese último trozo de pizza.

Si consigues ser las cuatro TMNT en una sola persona, enhorabuena, has aprobado mi examen. Ojo, era un examen muy difícil, ¿eh? Puedes estar contento. He ido a pillar. Y tú, maldito alumno, lo has aprobado sin despeinarte. ¡Muy bien! Como ves, cuando eres un patán te dejo el culo rojo, pero cuando eres un señor te digo lo señor que eres.


¿No sabe mejor que sea menos indulgente para que así cuando apruebes te siente mejor? Si fuera más blando la victoria no sabría tan rica.

¿No ves que todo lo hago por ti?