Chico, hablar yo de Mary Poppins... ¡No
soy digno! ¡La mejor película del mundo! Cuando veo a Mary Poppins
venir por la calle agacho la cabeza, porque yo sé que ante la
verdadera Realeza hay que agachar la cabeza.
Mary Poppins es majestuosa de natural.
No se esfuerza en absoluto en ser majestuosa. Vivimos en unos tiempos
en los que todo el mundo quiere ser majestuoso, el niño pringado de
la familia que sabe hacer cuatro dibujitos levanta la barbilla como
diciendo “¡yo también quiero un cacho de pastel”!
Hijo, ese pastel se te dará cuando
sepas respetar a los mayores. Mientras tanto me temo que tu vanidad
te condena a hacer dieta dura.
La verdadera Realeza no se esfuerza en
absoluto en serlo, en todo caso se esfuerza en ocultarlo, para
proteger tus ojos de tan radiante grandeza. Se suele disfrazar de
algo intrascendente, nimio, para que tú lo puedas comer sin que la
luz del universo explote en tu garganta y te la reviente en muchos
pedazos.
Así ha de ser. Ha de protegerte porque
ese es su verdadero cometido, protegerte.
Tú, sin embargo, te esfuerzas con
todas las armas que tienes a tu alcance para ser lo que no eres. ¿Por
qué ese afán? El perrito de la pradera no quiere ser El Rey de la
Selva, sabe que su función quizás no sea tan elocuente pero es
maravillosa también, asomarse entre las dunas y ser encantador.
¡Diablos, el Rey de la Selva se deleita ante esa visión! ¿Por qué
quieres ocupar su puesto?
Además, ¿qué sabes tú de regir una
selva? ¡Pero qué grande te viene el puesto! Que seas esclavo de tu
vanidad nos condena a todos al desgobierno. Sólo para que tú
paladees unas mieles que no fueron creadas para ti los demás tenemos
que vivir en el tumulto, teniendo miedo por perder nuestros pellejos
cuando antes todo funcionaba armoniosamente. Dime, perrito de la
pradera, ¿qué veneno has probado que ha nublado tu mente de tal
modo? ¿Tanto daño te hicieron las hienas? ¿Crees que usurpando el
puesto del Rey de la Selva el dolor desaparecerá? No sólo no
desaparecerá, sino que además te cubrirás de vergüenza.
No, perrito, nunca serás como Mary
Poppins. Y así debe ser. Tú debes ser otro tipo de comedia, menos
trascendente, menos relevante, pero aún así estupenda. Es la que te
ves en una noche de hotel en una ciudad extraña, cuando necesitas un
poco de morfina de baja calidad. Estás solo porque eres un viajante
de aspiradoras desasosegado porque esos malditos robots de limpieza
redondos que se pasean por el suelo han seducido a las amas de casa.
Tienes que pensar qué vas a hacer, si seguir con las aspiradoras o
pasarte a los robots. O quizás sea hora de mandar todo a paseo y
hablar con tú mujer qué es lo mejor para los dos. Sea como sea, es
mejor que lo pienses mañana. Ahora es mejor ponerse una comedia tipo
perrito de la pradera, que desconecte tu cerebro y prescinda de tu
dolido corazón.
¡Diablos, en esas ocasiones Mary
Poppins es demasiado grande! ¡Tanto engrandece tu corazón Mary
Poppins que es posible que lo reviente, de lo magullado que está
ahora! No, Mary Poppins, como saben las televisiones, es para el día
de Navidad. Para cuando la familia está reunida y celebráis que
estáis todos juntos. Cuando ha nacido el Niño Dios. Ese es el
momento en el que los corazones son capaces de aguantar tanta
grandeza como la que ofrece Mary Poppins sin recibir daño alguno y,
no sólo eso, beneficiarse de todo lo que tiene que decir.
Por eso, mi pequeño perro, es momento,
de una vez, que recuperes tu buen juicio. Ha sido una jornada
interesante para ti, no hay duda. Has sentido lo que siente un Rey.
Hay que decir que tu osada aventura nos ha costado al resto de
animales de la selva un buen número de quebraderos de cabeza. No
importa, dejemos eso estar por ahora. Ya recibirás tu justo castigo,
administrado por alguien que sí sabe cómo poner castigos. Ni
demasiado severos ni demasiado livianos. Justos. Por eso es el Rey de
la Selva.
Ve a casa y descansa, esa corona ha
llenado tu cabeza de locuras. ¿Lo ves? Si te lo dijimos. Era
demasiado para ti. Deja que Mary Poppins administre nuestras vidas,
porque es ella la que está destinada a hacerlo. Y eso es lo mejor
para todos.