martes, 30 de agosto de 2016

Purina Pro Plan Delicate


Mi madre le compra a mi gata cosas delicadas, por eso compra este Purina Pro Plan Delicate. Mi madre es una mujer delicada, exquisita sin pretenderlo. Es así de natural, por eso a sus mascotas nos compra cosas delicadas.


Ser criado por una mujer delicada es lo mejor que te puede pasar en tu vida. Crecerás alejado de la mierda que cubre el mundo y podrás dedicarte a quehaceres más elevados y terminarás siendo un miembro muy productivo de la sociedad, como, gracias a Dios y a mi madre, yo he terminado siendo.

No digo que no me guste revolcarme en la mierda de vez en cuando, cosa que me fascina, pero lo que sí que no me gusta es crecer entre la mierda por norma. Comer una grasienta hamburguesa de vez en cuando está bien, pero comerla todos los días puede acabar por atorarte las arterias.


Podemos hablar si queréis de la conexión crucial que hay entre lo más alto y lo más bajo. Como sabéis, Dios nos hizo de barro. Se supone que el barro es lo más bajo y, sin embargo, lo más elevado del planeta, que es el ser humano, está hecho de él. ¿Cómo puede ser eso?

La carne es habitada por el espíritu. La mierda es habitada por el oro. ¡Carajo! Eso sí que es tener una visión exquisita de las cosas, ¿no os parece? ¿Cómo alguien no puede arrodillarse ante Dios ante datos como este? A mi es que no me cabe en la cabeza.


Ya que no está de moda adorar a Dios por sencillo amor de un hijo por su padre, dejadme que lo haga al menos como creativo; como creativo hablo de colega a colega, de tío que sabe de qué va el rollo a tío que sabe de qué va el rollo. Y tú, Dios, tío, man, sí que sabes de qué va el rollo.

Tío, man, ¿pero tú como llegas a ideas tan excelsas? O sea... ¡Carajo! A mi me jode que alguien sea mejor que yo, pero cuando alguien lo es me tiro a sus pies, suplicando que me explique un poco cuál es su método, a ver si se me contagia algo de esa sensibilidad tan superlativa.


O sea, que lo que me vienes a decir, de alguna manera, es que si todo eres Tú, todo no puede ser más que divino. O sea que esta mierda que acabo de cagar también lo es. Así que, en último término, adorar al oro y adorar a la mierda es la misma cosa, ya que a lo único Verdadero que se puede adorar en toda la Creación es a ti. Las formas sólo son formas, lo único verdadero eres Tú. No hay nada más.

Lo de que la mierda es mala y el oro bueno es un invento nuestro, de los hombres. El oro lo valoramos mucho porque hay muy poco, pero la mierda, como cagamos por lo menos una de ellas al día (si tomamos All Bran, si no no) no la valoramos nada. Pero en un sentido estricto sólo te podemos valorar a ti, porque no hay otra cosa. Todo eres Tú, incluidos nosotros mismos.


Eso significa que despreciar a la mierda también es despreciarte a ti. De nada sirve que haga una catedral de oro puro para adorarte si luego tiro la mierda por el water. Eso significaría entonces que no me he dado cuenta del hecho trascendente de que no existe nada aparte de ti.

Según mi punto de vista, y corrígeme si me equivoco, en el mundo de los hombres tiene más valor, en último término, adorar a la mierda que al oro. Porque eso manda un mensaje a mis hermanos que habla del hecho trascendente del que hablábamos hace un momento, que el oro es un fantasma. Un falso dios, poniéndome clásico. Por tanto si dedico mi existencia a reverenciar a la mierda en vez de al oro estaré cumpliendo aquella misión que Tú me encomendaste, que es limpiar de tinieblas los ojos de los demás, ya que yo soy capaz de darme cuenta de estas cosas y ellos no. Por eso me pusiste a cargo de una mujer delicada, para que yo pudiese tener tiempo y el ambiente adecuado como para ver esto con claridad.


Bueno, pues eso he hecho. Este era el trato, ¿no? Guay. Pues nada, a ver qué tal va. Son más tontos que un cortacésped, eso te lo digo desde ya. Yo no sé si se van a entender un carajo.

Échame una manita, anda. Que yo no soy Todopoderoso, como Tú.