Esta es la primera de las pelis de
Harry Potter, así que supongo que es especial por eso. Para mi es
especial porque la compré en una suerte de Carrefour con una novia
en un viaje por carretera.
La moda de Harry Potter ya había
estallado, y yo cuando una moda estalla con demasiada fuerza me hago
a un lado. Es como las rebajas, que jamás me verás en la puerta
esperando a que abran el día de 7 de enero. A mi me verás el 27 de
febrero, cuando ya se han marchado todas las marujas. Prefiero
encontrar menos cosas que rodearme de marujas apestosas.
A un excompañero de trabajo le dejé
impresionado con algo de esto. También es que yo impresiono fácil,
por lo visto. Cuando estalló la moda del Neng de Castefa yo, como
digo, me hice a un lado. Dejé que todos los garrulos cantasen por
las calles “¡Qué pasa, neng!” con desaforada alegría,
orgullosos de pertenecer a algo esforzándose tan poco.
A mi el Neng de Castefa me parece un
descojone, lo más gracioso que he visto en mi vida, lo que no me
gusta son los comportamientos gregarios. Supongo que me parece que
tengo demasiada entidad por mi mismo y si me metiera en un grupo
fingiendo ser “uno más” le haría un flaco favor tanto al grupo
como a mi.
En el grupo llamaría demasiado la
atención, todas las miradas irían dirigidas a mi. Y yo, por mi
parte, quedaría asqueado del tsunami de vibraciones sin armonía que
hay en un grupo del tipo de los que estamos hablando. Soy muy
sensitivo y cualquier Perturbación en la Fuerza me afecta de una u
otra manera.
Así que con mi forma de actuar ganamos
todos, ellos y yo.
El caso es que cuando pasó la moda del
Neng de Castefa me remangué y afiné mi garganta: ¡Qué pasa
neeeeeeeeeeeeeng! ¡Ahora sí! ¡Cuando los secundarios han salido
del escenario es turno del tenor! Coño, Juan, ¿todavía estás con
lo del Neng? No, no, yo es que acabo de empezar. Estaba esperando a
que acabaseis vosotros, que se os veía tope ilusionados con el
rollo. No os lo quería cortar. Pero no me molestes, por favor, que
tengo que hacer así con las manos, como un egipcio electrocutándose.
Al compi este de trabajo le dejé todo
loco. Es el típico que adora a los genios en su búsqueda fallida de
la genialidad. Pues se llevó un apunte, ahí.
Con Harry Potter me pasó igual. Me
alejé de él cuando la masa estaba alocada y me acerqué cuando ya
se habían calmado las aguas. Encima en ese momento la película ya
está rebajada, que es como yo me la encontré.
Y nada, que Harry Potter está muy
bien. Me parece una saga un poco mema, como su creadora, pero bueno,
se lo pasamos, porque es una chica, y las chicas son, por genética,
un poco memas. Es su bendición y su maldición, todo a la vez.
Y que yo veo esta peli y no veo a
Harry, veo aquel viaje por carretera. A mi la peli me la suda, lo que
me gusta es la chica. Lo único importante en la vida es la chica. La
chica lo es todo, la chica es lo que te mueve y hacia lo que vas.
A mi todo me importa un huevo, sólo me
importa la chica.