Esta película es demasiado buena.
Estoy muy por debajo de ella. ¿Cómo no se puede estar por debajo de
la perfección más absoluta, de la exquisitez más apabullante? Yo,
vale, bien y eso, pero ni de coña tanto como ¿Quién engañó a
Roger Rabbit?
No se puede tejer mejor ni con un hilo
de oro más puro.
Lo de que la peli sea mezcla de actores
reales y dibujos animados en 2D, en 2D, ojo, es... Pues chico, a lo
más alto que el cine ha llegado hasta ahora. Que sí, que está La
Bruja Novata, que está Mary Poppins, otros estandartes de lo que es
la gloria sin discusiones, pero en Roger Rabbit se llega a la cima.
No sé cuántas estatuas tendrá Walt
Disney repartidas por el mundo, pero sean las que sean merece, sin
duda, por lo menos una más.
Avatar, chico, pues me parece un
espanto al lado de Roger Rabbit. Los bicharracos esos azules no
tienen nada que hacer al lado de Roger, Jessica o Benny, el taxi. “Es
que los tiempos han cambiado, Juan”. Ay, qué osado eres. Dirigirme
la palabra. Seguiré tomando café.
Sí, los tiempos han cambiado. ¡A
quién se los vas a decir! Soy el mayor amante del tiempo presente
que existe. Y dentro de 5 segundos lo seguiré siendo, porque a mi el
tiempo presente me flipa. El presente siempre es la caña. Pero las
obras perfectas, estén hechas en el presente o hace años, las sé
reconocer de la misma manera que sé reconocer que la nueva Xbox One
Slim es una puta pasada. Ahí tienes una Xbox One que merece ser
comprada.
Avatar no es tan buena. ¡Vamos, no es
tan buena ni de coña! Pretende ser muy buena, pero no lo es tanto.
Un secreto: cuando empiezas un trabajo pensando “este va a ser el
mejor trabajo de mi vida” no lo va a ser. Lo siento, es física
teórica. No lo va a ser. Eso es lo que le pasó a James Cameron en
Avatar, es evidente. Hizo Titanic, que está claro que es una
película que abordó de una manera mucho más humilde, así le salió
de perfecta, y se creyó que era la repolla con cebolla. ¡Pero
vamos, que es normal! ¡Que nos pasa a todos! Pero la obra que sale
fruto de esa emoción tan megalómana no conecta con el público tan
bien como la que sale de una emoción más modesta, porque la
megalomanía no conecta con el público, a no ser que se plantee esta
de forma irónica.
Las cosas perfectas salen como sin
querer, porque en la vida todas las cosas pasan como sin querer. Ese
es el estilo de Dios, un estilo que es que me echo a llorar de lo de
putísima madre que es. ¡Es que ni te das cuenta! Estás intentando
controlarlo todo, estás atento a cada detalle y pum, Dios, que
conoce hasta la más pequeña de tus rendijas, se te cuela por ella
para sorprenderte como tú, con tu humano cerebro, jamás podrías
haber pensado.
¿Cómo no me voy a arrodillar ante
Dios?
Al suelo fulminado voy.
A ver, Avatar es un logro, e inauguró
el cine en 3D. ¿Qué más quieres, James? Parece que Avatar dio el
pistoletazo de salida a una Nueva Era En El Cine, pero que des el
pistoletazo de salida a Una Nueva Era En El Cine no quiere decir que
seas mejor que Roger Rabbit. Vamos, difícil sería, porque Avatar es
la primera de una larga lista de producciones y Roger Rabbit es la
última, donde todo cuajó de manera perfecta. Sería imposible y,
además, malo para todos. Lo suyo es que las cosas se perfeccionen
con el tiempo, no que la primera que hagas, hala, es la mejor que
vas a hacer nunca. Menuda cagada que sería eso.
En Avatar sale Sigurni Güiver, que
mola mucho. Mi película favorita de Sigurni no sé si es
Cazafantasmas o Alien 3. Elegiré Alien 3 porque, no sé, a mi es una
película que me gusta mucho. Alien 3 es como un museo, vas una vez
en tu vida porque, caray, qué coñazo es ir muchas veces a un museo,
pero de la sensación que te transmite no te olvidas nunca. Y el
final tipo Terminator 2, vamos, que es igual, con Sigurni tirándose
a la lava llevando dentro el último vestigio de El Mal para ventura
de generaciones venideras, como Arnold hace en Terminator 2, es
inolvidable. ¡Qué bello! ¡Qué amor nos profesan Sigurni y Arnold
sacrificándose por nosotros!
Gracias a que Sigurni y Arnold se
sacrificaron, nosotros podemos ver Roger Rabbit tranquilos, con
nuestra mujer e hijos en el salón, disfrutando de que Roger entiende
que el sentido del humor en la vida es lo más importante. ¡Es lo
más importante si tienes una vida que vivir, porque si el alien o el
chip hubieran sobrevivido no habría vida que tomarse con sentido del
humor!
No, Roger, no te sientas mal ahora. Tú
eres perfecto, eres perfecto para el momento de la Historia que te
toca vivir, tus enseñanzas nos permiten encarar el día a día con
verdadera sabiduría. Pero Sigurni y Arnold son héroes, otro tipo de
héroes, más épicos, pero necesarios para que tú ahora puedas
contarnos esa chispeante manera de ver las cosas.
¿Cómo encaja Avatar en esta poesía
sublime? Pues chico, no sé. De burdo modo, temo.
Avatar es como la abuela, que no deja
de pedir atención, aunque sea a costa de ir a la nevera y liarse a
huevazos con las paredes de la cocina. ¡No sé! ¡Pero no montes ese
numerito!
Avatar es un numerito. Por eso no la
tengo en DVD. Para que aprenda. Que a mi no se me convence con
numeritos.