¡Qué desastre! ¡Resulta que este
horrible planeta era el nuestro pero muchos años en el futuro! ¿A
quién puedo culpar de este horror, entonces, más que a mi mismo, a
mi propia raza? Qué bien hice, aún con todo, yéndome al espacio en
cohete espacial. Al menos yo no tuve responsabilidad directa en esta
terrible debacle.
No, no estoy hablando de mi día a día,
aunque podría. Estoy hablando de El planeta de los simios, ese
clásico.
Yo, si me dedicase a hacer portadas de
películas, a lo que afortunadamente no me dedico, evitaría poner la
Estatua de la Libertad en la de esta. O sea, el que no la haya visto
no creo que ate cabos, pero ¿para qué dejar pistas sueltas? Si
cometes un crimen no seas tan vanidoso, no dejes pruebas para retar a
la pericia de la policía. Vamos, más que nada porque igual le jodes
la película a los más listos.
Ay, los más listos. Somos en los que
nadie piensa.
Aunque, claro, ¿cómo van a pensar en
nosotros los más tontos? Se pensarán que somos seres de ciencia
ficción, lo mismo que yo pienso que los más tontos son personajes
de películas de terror.
Pero no, todos existimos.
Yo destripo las películas, bueno,
primero porque me da igual, y segundo porque pienso que si estás
leyendo esto tienes una cultura cinematográfica avanzadilla y no te
estoy destripando nada que no sepas, en realidad.
Una cosa que me flipa de esta peli es
lo realista que parece un hombre vestido de mono. Creo que la
humanidad ha hecho un trabajo excelente en lo que a disfraces de mono
se refiere. No sólo en esta peli, en todas, cuando sale un tipo
vestido de gorila parece un gorila de verdad, es increíble. El
brillo de los ojos, al ser real, hace que el simio parezca de verdad.
Y luego ¿cómo harán para que al
moverse la boca y los músculos de la cara estos queden tan bien
delatados en el maquillaje? ¡Caray, menudo trabajo tan fino! A mi no
me parece nada fácil disfrazar a un tío de mono y que parezca un
mono de verdad. No sé, igual es porque no lo he investigado mucho,
pero así, de buenas a primeras, me parece algo a subrayar.
La banda sonora de esta peli me parece
otro pasote, primitiva hasta la última nota. Completamente loca,
completamente tribal pero tribal-tribal. No en plan tribu de África
que, yo qué sé, aunque estén ahí perdidos por la sabana alguna
botella de Coca-Cola cae siempre del cielo y eso les recuerda que, en
alguna parte, hay una civilización, influyendo esto en su música.
No, esta banda sonora parece hecha por homínidos que no han oído
hablar de la civilización en su puta vida. Es algo asombroso. El que
la compuso, que no sé quién es, tiene mi enhorabuena.
Charlton Heston, que en principio me
cae, o me debe caer, así un poco mal porque defiende el derecho a
tener armas de fuego en propiedad y esas cosas, en esta peli me gusta
mucho. Es lo que debe ser en realidad, un hombre hecho de piedra y
esparto. Y los hombres hechos de piedra y esparto si no han disparado
un tiro contra nadie que no se lo mereciera me caen bien.
Me pregunto si existirá en la Tierra,
en nuestra Tierra, alguna Zona Prohibida que revele nuestros
verdaderos orígenes. ¡Vamos, seguro que la hay! Seguro que está en
ese cuartito que mi portero me dice que es el cuarto de contadores,
sí, ya, seguro. Seguro que ese cuartito está lleno de pruebas que
hablan de nuestro pasado sumerio, o vikingo, o samurai, qué sé yo.
Seguro que en lo que mi portero dice que es el cuarto de contadores
hay mogollón de artilugios ultrafuturistas pero que, irónicamente,
tienen mogollón de años.
Ya, o sea que fuimos trogloditas, luego
egipcios, luego romanos y, luego, la Edad Media, ¿no? ¿Y DE ESTA
PISTOLA LASER CUBIERTA DE POLVO QUÉ ME DICES? ¡Ya! ¡Mis cojones!
¡Hay algo que no nos habéis contado!
Sea como sea, por mi se lo pueden comer
con patatas. Si fuimos una civilización avanzadísima que luego cayó
y volvió a renacer me la suda no sabes cuánto. Estoy mucho más
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