martes, 30 de agosto de 2016

Wacom Bamboo


Las putas tabletas gráficas para mi son un sufrimiento; se supone que para mi esto debería ser el no va más, un cacharro con el que dibujas en el ordenador, porque yo sé dibujar, y se supone que esto para mi tendría que ser la octava maravilla del mundo. Sin embargo siempre las acabo guardando en el cajón, que es de donde la acabo de sacar.


Lo que me pasa con estos aparatos es que me resultan demasiado... Complicados. Sé que es muy fácil, mueves el lápiz en la tableta y lo mismo ocurre en la pantalla del ordenador. Sí, gracias, lo pillo, Einstein, pero es que eso, aún así, es demasiado complicado para mi.

Para mi una tableta tendría que ser la propia pantalla del ordenador. Que muevas el lápiz sobre ella y lo que tenga que aparecer aparezca sobre la propia tableta. Esto es para trogloditas.


En el iPad tengo una app que yo creo que es la única app que tiene sentido en el mundo, una que aporta verdadero valor añadido. Lo demás son cagarrutas de gente pre-fracasada, como ya vaticinó Steve Jobs, ese genio que a mi ahora no me gusta reverenciar porque hasta el más tonto estudiante de administración de empresas va por ahí diciendo que Steve Jobs es un genio. Eso lo tenías que decir cuando le echaron de Apple, algo de lo que tú ni te enteraste, torcuato, no ahora que ya lo sabe todo el mundo.

Imbécil.


La app en cuestión se llama Paper, así, con ese espíritu minimalista. Consiste en que tú mueves el dedo encima del iPad y en el iPad se pinta como si tú tuvieras una plumilla en el dedo. ¡Esto sí que me mola pirindola! ¡Esto sí que cuadra en mi forma de ver la vida!

La plumilla te viene gratis y luego tú puedes comprar, que de ahí es por donde la aplicación gana el dinero que tiene que ganar, otras herramientas: el lápiz, el bolígrafo, el pincel de acuarela y el rotulador. Yo las tengo todas porque ya te digo que esta aplicación me gusta. Es la única app para la que he pagado dinero, yo creo. Y para esa del cocodrilo de Disney, que se llama ¿Dónde está mi agua? o algo así. Ese juego mola mucho.


Te vienen unos colores gratuitos que para mi son suficientes, no me gustan las cosas demasiado complicadas. Si no lo puedes hacer en cuatro trazos no encaja en mi estilo.

Total, que las putas Wacom, aparato que distingue al diseñador gráfico de pro del que no lo es, yo me la paso por mis sudadísimos cojones. Me he fijado que el que exige herramientas en el trabajo “acorde con su nivel” es el que menos nivel tiene de todos. Pasa lo mismo en otros ámbitos de la vida, el que lleva el polo más caro es el más tonto de todos. El que lleva el coche más caro es el más tonto de todos. En el mercado de los accesorios de informática ocurre la misma ciencia.


El que tiene la tabla de skate más cara de todas es el que no sabe grindar. Eso los chicos de mi pueblo lo saben mejor que nadie en el mundo. El que mejor patina es el que tiene la tabla más hecha polvo de todas.

Yo, como Ferrari, aspiro a producir aquellos objetos que los más estúpidos de la humanidad quieren tener. Ya que no tienen la lucidez necesaria para brillar por si mismos, quiero darles yo ese brillo a cambio del dinero que hayan robado con métodos más o menos expeditivos. Es mi manera de devolver el equilibrio al mundo, robar a los ricos para dárselo a los pobres. Yo, como ellos, soy un ladrón de guante blanco, en lo que nos diferenciamos es en nuestros objetivos.


Así espero poder dar a mi familia una vida confortable. Tampoco soy yo de rodearme de muchos lujos, yo soy como ese señorín de pueblo que pide un café solo y se lleva para casa la mitad del sobre de azúcar que no le ha echado al café, pero que luego en el banco tiene más dinero que los que se pulen cubatas como quien toma agua mineral Font-Vella.

Pero a mi familia todos los lujos que quieran. Yo no quiero lujos porque para mi el lujo es poder prescindir de él, pero si mi familia quiere ir de vacaciones, pongamos por caso, a París, me gustaría poder darles el capricho.


Por eso voy a devolver esta tableta al cajón. Porque no creo yo que pueda hacer nada de extraordinaria calidad con este aparato. Con un humilde iPad voy que chuto.