sábado, 27 de agosto de 2016

Par Impar


Película guapa. Déjate de rollos. ¡Charlie Firpo! ¿Pero tú te crees qué nombre más guay? Jajajajaja. Charlie Firpo. Anda que no.


Esta peli trata de que Terence Hill es un marine supercualificado que tiene que detener a un tahur que tiene un casino ilegal o no sé qué. Así que se busca a Bud Spencer, que es un tahur que trabajaba para el primer tahur que cuando descubrió que los juegos estaban amañados lo dejó y se hizo camionero. El típico malo bueno. Lo que más mola del mundo.

Lía las de cristo para que Bud Spencer le ayude, cosas que estructuralmente no se sostienen ni con pegamento Super Glue, pero, ei, qué más da. Lo que mola de las películas de Bud Spencer y Terence Hill son las bofetadas y Bud Spencer. Bud Spencer, no sé, es que mola tantísimo que es que... No sé.


Mola cuando Bud Spencer se hace heladero para ganar dinero para operar al que le dicen que es su padre y no es (o sea, que es que mira qué guión, es una chorrada espantosa) y Terence Hill le dice que quiere un helado y le pregunta qué sabores tiene. Bud Spencer se los dice. Imaginemos que son fresa, vainilla, piña, limón, chocolate y café.

Pues va y le dice Terence Hill que lo quiere de pistacho. Bud Spencer se queda un poco loco. ¿Pero te he dicho yo pistacho? No, mira, tenemos de fresa, vainilla, piña, limón, chocolate y café. Terence Hill le dice que vale, vale, que no le había entendido. Así que se lo pide de... ¡Pistacho!


Me estoy descojonando mientras lo escribo.

Bud Spencer ya se mosquea un poco. Ya se le encara un poco, a Terence Hill. Oye, tronco, que no. Que me estás tocando los cojones. Te lo voy a repetir para que te quede bien clarito: fresa, vainilla, piña, limón, chocolate y café. Terence Hill se acojona un poco, no es plan de mosquear a una montaña como Bud Spencer. Así que le pide perdón. Le dice que, bueno, si esas son las opciones... Lo quiere de dos sabores. Lo quiere de vainilla y... ¡Pistacho!


Bud Spencer se derrumba. Este tío o es gilipollas o le está vacilando a saco. Ambas opciones son descorazonadoras. Terence Hill le anima, venga, hombre, no te vengas abajo. Es que no te debo haber entendido bien, eso es todo. Por favor, repíteme los sabores que tienes. Bud Spencer, casi entre lágrimas, se los repite: fresa, vainilla, piña, limón, chocolate y café. Así que Terence Hill opta por un variadito: uno que lleve fresa, vainilla, piña, limón, chocolate y café. Bud Spencer le pregunta si eso es todo. ¿Eso es todo? Terence Hill le dice que sí, que eso es todo. Así que Bud Spencer se pone a prepararle el variadito.

¡Y va el hijo de puta y le dice “¡Y todo bien bañado de pistacho!”


¡Qué hijo de puta! ¡Y se va a jugar al baloncesto! Ahí le deja, hundido en la mierda. ¿Pero cómo se puede ser tan cabrón?

Esta peli es un descojono. Mientras lo escribía me he puesto a llorar de la risa. No, en serio, he llorado. De verdad.


Para mi esto es el maná. A ti, que eres medio tonto, igual te parece una chorrada. Pero es que para alguien de verdad inteligente esto es el maná. A mi me cuesta no pensar constantemente. Me va el cerebro a mil, brrrrrrr, a toda mecha. Tengo que pararle los pies o me come. Es así. Mi cerebro es mi Terence Hill particular, me está vacilando todo el rato. Me la lía. O le hago caso o me enreda con mil jugarretas.

Y, claro, no puedo estar mirando pa él todo el rato. ¡Por Dios! ¡Escribo no sé cuántos posts al día! ¿No es suficiente para ti? ¿Qué he de hacer para tenerte contento? Te compro Burn, te compro Red Bull, te compro irónicas bebidas energéticas del Dealz. Miro zapatillas Karhu, Paredes y marca Decathlon porque tú eres así y no quieres caer en las obviedades de Adidas, Nike, Reebok y Puma. Estoy todo el día mirando para ti. ¿Qué quieres? ¿Qué buscas, por el amor de Dios? ¡Dime!


Una buena carcajada. Al cerebro sólo se le detiene con una buena carcajada. No hay otra manera. Ese es el antídoto. La gente tonta que va de inteligente es detectada porque se compra películas complicadas. Al ser tonta, necesita que le hagan pensar. A mi me pasa lo contrario: al ser listo, necesito que me paren.

Para elegir a mi grupo social he de tener esto muy en cuenta. No puedo elegir a aspirantes a intelectuales que quieran compartir conmigo reflexiones, primero porque no quiero que me hagan pensar más y segundo porque yo estoy ya a un nivel que me voy a enfadar de las putas chorradas que me van a decir. Todo es poco para mi. A mis alturas no vas a llegar, lo siento. Me vas a resultar repugnante con tus reflexiones de chichinabo. Yo el Monte Intelecto ya lo he coronado hace tiempo y un alpinista del tres al cuarto como tú me está dando arcadas, de verdad.


Por eso necesito material grueso. Tetas, culos, risa. Eso es lo que necesito, el resto me sobra completamente. ¡Necesito que me paren!

Por eso si eres un aspirante a intelectual, lo siento, tu sitio no está a mi lado. No, no me entiendas mal, es que aquí ya tenemos de eso. Aquí buscamos a Bud Spencer y a Lolo Ferrari. Ellos son los que tienen lo que yo necesito.


Y no hay más.