sábado, 27 de agosto de 2016

El Tesoro de Sierra Madre


A mi en general las películas antiguas no me gustan, me parecen muy lentas, muy coñazos, en fin, todo eso. Si hubiera estado vivo cuando las rodaron sería otra cosa porque, bueno, pues por lo mismo que me gusta la NES y a un chaval de 10 años eso le debe parecer el horror hecho aparato electrónico. No tengo nada en contra de eso, lo entiendo perfectamente.


Esta es una de esas pelis antiguas que sí me gustan. Se nota aquí el sabor a buen vino. El vino es otra cosa que no me gusta, sea dicho de paso.

Esta peli va de unos colegas que muy colegas cuando están buscando un tesoro pero que se matan entre ellos cuando lo han encontrado. Lo que se conoce comúnmente como una panda de patéticos.


¡Y ya está! Esa es la peli. Yo, de verdad, no sé cómo la gente puede pasarse meses rodando una cosa que se resume en dos líneas. Hay que tener mucha pasión y muy poco cerebro para hacer una cosa así.

Chico, si vas a gastar la vida en algo, no sé, que no sea en algo que se puede resumir en dos líneas. Por lo menos que ocupe unas cuantas páginas, 100 por lo menos. ¿Eso es todo lo que le tienes que decir al mundo? ¿Que la gente por dos duros se mata? Mira, en media línea. Joder, es que os estoy dejando fatal.


Aún con todo, la peli está bien porque tiene un ritmo pausado, es amena de ver, etc. Vamos, que te echas hora y media a gusto cuando podrías, no sé, estar peleándote en el bar porque te han mirado mal. Para hacer eso mejor vete una peli, que se podrá resumir en media línea pero por lo menos no te devasta.

La gente se mete en peleas con mucha facilidad. Cuando no se tiene nada que perder imagino que te debe importar menos. ¡Qué más me da! Soy un asco de hombre, no valgo ni para hacer picadillo con mi cuerpo, pues me meto en peleas. Si total, no se me ocurre otra cosa... Si se me ocurriese no estaría así, ¿no?


Esto me recuerda a un post que leí el otro día. Hablaba de que grupos de inversión españoles habían inyectado una buena suma de dinero a unos proyectos. ¡Ah, qué bien!, pensé. ¡Qué bueno es que se reactive la economía! Así que me metí a ver de qué iban esos proyectos en los que tanto dinero se había invertido.

¡Carajo! ¿Pero en qué está pensando la gente? Tanto los que hacen esos proyectos como los que deciden qué hacer con el dinero. ¡Qué espanto! ¡Qué pérdida de tiempo!


Dos de ellos ni los recuerdo, o sea, qué fíjate cómo tenían que ser. Otro era Promofarma. Ese sí está bien. De 5, 1. Algo es algo.

Este va de que por el móvil pides medicamentos de farmacia y te los llevan a casa. Sí señor. Muy buena idea. Cuando estás enfermo o no puedes o no te apetece ir a la farmacia. Así que es muy buena idea que con tu puto movilito puedas pedir las midicinas a la botica. Sí señor. ¿Cómo alguien no lo había pensado antes? Esa es la pregunta que se te tiene que venir a la cabeza cuando ves una buena idea. Si no no es buena.


Otra era una movida de encriptado de datos. El encriptado es un boom con toda la paranoia que hay con que nos espían a saco por Internet y por todas partes. Me temo que es un miedo creado más que real, pero aún con todo me parece bien. Lo que pasa es que veía el logo y la imagen de fondo que acompañaba el artículo y... Mmmmm. No me tenía muy buena pinta. Pero aún con todo le doy el beneficio de la duda.

¡Y luego la risa! ¡Una empresa de viajes sorpresa! ¿Dónde te vas de viaje? ¡Ah! ¡Sorpresa! ¡Joder, tío! ¿De verdad esa es una idea en la que quieras invertir la friolera de 1,2 millones de euros? Vamos, igual era más, pero fíjate de qué cifras estamos hablando. Yo ahí no invierto, vamos, ni la calderilla del Supercor. Prefiero ahorrarla para un Burn.


Esta horda de start-ups y personas “con una gran idea” me espanta. Me horroriza. Me hace perder la fe en los que, por lo que parece, son de mi misma especie. Esto habrá que investigarlo bien, porque yo no me lo acabo de creer del todo. ¿De verdad esa es tu idea? ¿Una empresa de viajes sorpresa? ¡Eso es una mierda! Una mier-da. Así. Alguien te lo tiene que decir. Chico, si tienes 15 años y es un proyecto para tu clase de ciencias sociales, bueno. Me parece una mierda igual, pero, en fin, te tendré que aprobar porque al menos no has venido a clase con las manos vacías. ¿Pero tienes los santos cojones de ofrecer eso al mundo sin ruborizarte?

Y luego ya lo que me vuelve loco: que los grupos de inversión apuesten por esta idea para inyectarle, ojo, millones de euros. No miles, millones. Una de dos: o el resto de ideas ya eran para suicidarse de un cañonazo en la boca o esta gente está muy perdida. ¡Pero no pongas ahí el dinero, atontado! ¿En qué estás pensando? En que la opinión pública te acusa de que tienes la economía paralizada y en algo habrá que echar las perras, digo yo, porque si no no se entiende.


Yo cuando defiendo a Alemania con que nos haya tirado por el water la gente me mira mal; pero es que han hecho muy bien. A este puto país de desarrapados no se le puede dar ni un céntimo más. ¡Ni un céntimo! ¿Pero tú te crees que me pueden venir con esa idea? Y luego que los que ponen la pasta la secunden. O sea, el caos total. Un país de labriegos fingiendo ser hombres de negocios. Que no, coño, que no. Que a España ni un puto duro hay que darle. Muy bien, Alemania. Estoy con vosotros.

¡Mira lo que he tenido que inventar porque la puta película se resume en media línea! Si es que es lo de siempre: pagamos justos por pecadores. Que no, coño. Ni un céntimo más, joder.