A mi en general las películas antiguas
no me gustan, me parecen muy lentas, muy coñazos, en fin, todo eso.
Si hubiera estado vivo cuando las rodaron sería otra cosa porque,
bueno, pues por lo mismo que me gusta la NES y a un chaval de 10 años
eso le debe parecer el horror hecho aparato electrónico. No tengo
nada en contra de eso, lo entiendo perfectamente.
Esta es una de esas pelis antiguas que
sí me gustan. Se nota aquí el sabor a buen vino. El vino es otra
cosa que no me gusta, sea dicho de paso.
Esta peli va de unos colegas que muy
colegas cuando están buscando un tesoro pero que se matan entre
ellos cuando lo han encontrado. Lo que se conoce comúnmente como una
panda de patéticos.
¡Y ya está! Esa es la peli. Yo, de
verdad, no sé cómo la gente puede pasarse meses rodando una cosa
que se resume en dos líneas. Hay que tener mucha pasión y muy poco
cerebro para hacer una cosa así.
Chico, si vas a gastar la vida en algo,
no sé, que no sea en algo que se puede resumir en dos líneas. Por
lo menos que ocupe unas cuantas páginas, 100 por lo menos. ¿Eso es
todo lo que le tienes que decir al mundo? ¿Que la gente por dos
duros se mata? Mira, en media línea. Joder, es que os estoy dejando
fatal.
Aún con todo, la peli está bien
porque tiene un ritmo pausado, es amena de ver, etc. Vamos, que te
echas hora y media a gusto cuando podrías, no sé, estar peleándote
en el bar porque te han mirado mal. Para hacer eso mejor vete una
peli, que se podrá resumir en media línea pero por lo menos no te
devasta.
La gente se mete en peleas con mucha
facilidad. Cuando no se tiene nada que perder imagino que te debe
importar menos. ¡Qué más me da! Soy un asco de hombre, no valgo ni
para hacer picadillo con mi cuerpo, pues me meto en peleas. Si total,
no se me ocurre otra cosa... Si se me ocurriese no estaría así,
¿no?
Esto me recuerda a un post que leí el
otro día. Hablaba de que grupos de inversión españoles habían
inyectado una buena suma de dinero a unos proyectos. ¡Ah, qué
bien!, pensé. ¡Qué bueno es que se reactive la economía! Así que
me metí a ver de qué iban esos proyectos en los que tanto dinero se
había invertido.
¡Carajo! ¿Pero en qué está pensando
la gente? Tanto los que hacen esos proyectos como los que deciden qué
hacer con el dinero. ¡Qué espanto! ¡Qué pérdida de tiempo!
Dos de ellos ni los recuerdo, o sea,
qué fíjate cómo tenían que ser. Otro era Promofarma. Ese sí está
bien. De 5, 1. Algo es algo.
Este va de que por el móvil pides
medicamentos de farmacia y te los llevan a casa. Sí señor. Muy
buena idea. Cuando estás enfermo o no puedes o no te apetece ir a la
farmacia. Así que es muy buena idea que con tu puto movilito puedas
pedir las midicinas a la botica. Sí señor. ¿Cómo alguien no lo
había pensado antes? Esa es la pregunta que se te tiene que venir a
la cabeza cuando ves una buena idea. Si no no es buena.
Otra era una movida de encriptado de
datos. El encriptado es un boom con toda la paranoia que hay con que
nos espían a saco por Internet y por todas partes. Me temo que es un
miedo creado más que real, pero aún con todo me parece bien. Lo que
pasa es que veía el logo y la imagen de fondo que acompañaba el
artículo y... Mmmmm. No me tenía muy buena pinta. Pero aún con
todo le doy el beneficio de la duda.
¡Y luego la risa! ¡Una empresa de
viajes sorpresa! ¿Dónde te vas de viaje? ¡Ah! ¡Sorpresa! ¡Joder,
tío! ¿De verdad esa es una idea en la que quieras invertir la
friolera de 1,2 millones de euros? Vamos, igual era más, pero fíjate
de qué cifras estamos hablando. Yo ahí no invierto, vamos, ni la
calderilla del Supercor. Prefiero ahorrarla para un Burn.
Esta horda de start-ups y personas “con
una gran idea” me espanta. Me horroriza. Me hace perder la fe en
los que, por lo que parece, son de mi misma especie. Esto habrá que
investigarlo bien, porque yo no me lo acabo de creer del todo. ¿De
verdad esa es tu idea? ¿Una empresa de viajes sorpresa? ¡Eso es una
mierda! Una mier-da. Así. Alguien te lo tiene que decir. Chico, si
tienes 15 años y es un proyecto para tu clase de ciencias sociales,
bueno. Me parece una mierda igual, pero, en fin, te tendré que
aprobar porque al menos no has venido a clase con las manos vacías.
¿Pero tienes los santos cojones de ofrecer eso al mundo sin
ruborizarte?
Y luego ya lo que me vuelve loco: que
los grupos de inversión apuesten por esta idea para inyectarle, ojo,
millones de euros. No miles, millones. Una de dos: o el resto de
ideas ya eran para suicidarse de un cañonazo en la boca o esta gente
está muy perdida. ¡Pero no pongas ahí el dinero, atontado! ¿En
qué estás pensando? En que la opinión pública te acusa de que
tienes la economía paralizada y en algo habrá que echar las perras,
digo yo, porque si no no se entiende.
Yo cuando defiendo a Alemania con que
nos haya tirado por el water la gente me mira mal; pero es que han
hecho muy bien. A este puto país de desarrapados no se le puede dar
ni un céntimo más. ¡Ni un céntimo! ¿Pero tú te crees que me
pueden venir con esa idea? Y luego que los que ponen la pasta la
secunden. O sea, el caos total. Un país de labriegos fingiendo ser
hombres de negocios. Que no, coño, que no. Que a España ni un puto
duro hay que darle. Muy bien, Alemania. Estoy con vosotros.
¡Mira lo que he tenido que inventar
porque la puta película se resume en media línea! Si es que es lo
de siempre: pagamos justos por pecadores. Que no, coño. Ni un
céntimo más, joder.