miércoles, 17 de agosto de 2016

Capcom Digital Collection


Esta es una cole de juegos clásicos de Capcom de los arcades remasterizados con gráficos así como de hoy. Vamos, más que como de hoy, hechos hoy. Porque tampoco te creas que son así muy guays ni nada.


Este juego mola tenerlo porque viene el Final Fight, el Super Street Fighter II Turbo y el Puzzle Fighter, que es una especie de Tetris raro de combate que salen los protas de SF. Luego el 1942, que es un poco coñazo, pero bueno, no tanto, un Bionic Commando que yo no sé si es actual o es el antiguo, sea como sea es así como castañator y otros que, mira, ni me importan, de la mala pinta que tienen.

Chico, no sé, el Street Fighter me la suda porque tengo el IV y, mira, te pongas como te pongas el IV le da sopas con ondas a todos los anteriores pero de largo. Pero bueno, mola por si quieres experimentar “el sabor clásico” y todas esas mierdas. El Puzzle Fighter mola bastante, he de admitirlo, y es el descubrimiento de este pack. Y el Final Fight, pues qué te voy a decir del Final Fight que tú no sepas. Que tengo un tío que es igualito a Mike Haggar. ¿A que eso no lo sabías?


Lo suyo es hacer como un amigo, que se ha construido él solito con sus propias manos una recreativa que tiene puesta en el salón y tiene allí ciento y la madre de juegos antiguos. Pero si como yo eres un puto vago que eso de ponerte a construir una recreativa te da como la super pereza y, chico, pues comprártela tampoco te la vas a comprar, eso te da más pereza todavía, si cabe, pues píllate un pack de estos retro de segunda mano que por 10 pavos te echas unas partidas a los clásicos de siempre legalmente.

¿A quién es mejor pillarse en el Final Fight? A mi me molan los tres. Cody siempre me tiró más, por ser el equilibrado y el guaperas y, claro, pues me identifico. Equilibrado y guaperas. Raro que se llame Cody y no Juan. Además, en el Street Fighter IV sale de preso, porque salvó Metro City pero luego la ciudad se le echó encima por no sé qué rollos y está ahí asqueado con todo el mundo. Ese rollo mola mucho, me dais asco todos, me aburrís sobremanera. Muy Juan, todo.


Mike Haggar mola porque, coño, los cachas molan que te cagas. Y si encima el tío tiene bigote y es alcalde, pues qué más quieres que te diga. Haciendo ahí DDTs a todo el mundo y suplex. Luego también hace “la osada”, que no viene de osadía, sino de oso, que se tira en plancha, como un oso, a por ti.

Ese es un nombre que le pusieron en mi pueblo. En mi pueblo siempre tenían nombres originales para todo.


Guy es un ninja ahí como afilao, siempre te da golpes como “ñiñiñi”, como muy Guardiola. Siempre pinchando, siempre jodiendo. Mira, me está cayendo mal Guy, ahora.

Pero en Street Fighter IV sale con unas bambas muy guays, como unas Nike clásicas rojas y, de repente, me vuelve a molar. Nike rojas guays vence a Guardiola toca-huevines.


La calidad siempre vence al tocahuevismo, haz la prueba.

Y ¡nada! Que un pack así chulo y eso. No te va a cambiar la vida, pero, admítelo, a ti ya no te cambia la vida nada de nada. Estás atocinado en el Día de la Marmota, donde los días son exactamente iguales los unos a los otros. ¡Ah! ¿Te he metido yo ahí? Pues ya está. A llorarle a tu puta madre.


Para que a ti te cambiase la vida... Buf... No sé. Mira que yo tengo juegos, ¿eh? Pero ni aunque te los regalase todos ibas a ser más feliz. Tú eres infeliz crónico. Ni con terapia de shock de videojuegos ibas a esbozar una sonrisa más allá de esa mueca a la que llamas sonrisa.

¡Vaya gárgola! Tu mujer te deja en 3, 2, 1…