sábado, 20 de agosto de 2016

Street Fighter IV


¡Bueno! ¡Llegamos a la madre del cordero! ¡Mi juego favorito de todos los tiempos! No, no soy tan osado como para elegir un juego de 8 bits, de 16 bits. Aquella época fue maravillosa, requetemaravillosa, pero no por eso puedo dejar de ver que SFIV es lo mismo que SFII pero en mejor. Ya está. Nadie se debería sentir herido por esto.


SFIV respecto a SFII es el nuevo Mini respecto al Mini clásico. ¡Qué bonito es el Mini clásico! ¡Qué cuco! ¡Qué torpedín! Pero, coño, ¿cómo vas a ir por la vida hoy en un Mini clásico? ¡Pero si es enanito! Yo no sé cómo la gente podía ir antes en un Mini clásico, de verdad. Sé que la estatura media ha subido con los años, pero, coño, ¿tanto? Yo alguno veo todavía por la calle y eso parece de los clicks de Playmobil.

El nuevo Mini es un cochazo. Así. No descubrimos aquí nada nuevo. Un co-cha-zo. Y el nuevo-nuevo, que no sé si os habéis fijado que ha salido uno nuevo respecto al nuevo, es mejor todavía. Como el New Beetle, ha apostado por hacer un coche de mayor envergadura prescindiendo del “encanto de lo cuquín”. Me parece el movimiento correcto, el que requiere valor, el que exigen los tiempos. Lo fácil era el inmovilismo, el hacer caso a esa verdad tan Lavapiés que es “el Mini, por definición, ha de ser pequeño”. Ah, amigos de Lavapiés. Tan buenas intenciones y tan poco talento. Qué poca pericia a la hora de ver la clave de las cosas…


El nuevo Mini es un pepinazo. Y me gusta el hecho de que ya no es un “pepinazo camuflado”, como era su anterior versión. Es un pepinazo y ya no necesita esconderse. ¿Para qué? ¿A quién engañaríamos a estas alturas? Un pepinazo necesita más espacio para explayarse, por eso el nuevo Mini es más grande. Bigger, better, faster, more. ¿Why not? ¿Why not, Lavapiés?

Con Street Fighter pasa lo mismo. Aquí yo peco también un poco de romántico. Del Street Fighter IV, que yo sepa, se han hecho cuatro versiones: SFIV, Super SFIV, Super SFIV Arcade Edition y Ultra SFIV. A mi la que más me gusta es la primera porque fue la que tuve primero y es de la que enamoré en primera instancia. Tu primera novia siempre será la más guapa, por muy guapas que sean las que vienen después. Es así, tu pueblo también es el mejor de todos, no hay discusión.


A SFIV soy muy bueno. No sé si ganaría alguna competición porque en esos sitios se juega jodidamente duro, pero en una reunión social, si es que en alguna reunión social normal se puede jugar a SFIV, haría muy buen papel. Entre los tres primeros quedaría casi seguro, y tendría que ser esta una reunión social de gente así como especialita.

Igual a ti te parece tonto que a mi me haga ilusión haberme pasado SFIV Arcade Edition en Superdifícil con varios personajes, pero para mi es uno de los logros que más valoro de mi vida. Ha sido un trabajo concienzudo. No esto de llegar y besar el santo, ganar a costa de un sprint, al estilo “Guerra Blitz”, o no sé qué coño decía Pablo Iglesias. No, Pablo. No, hipsters. No, memos. Las cosas bien hechas requieren tiempo. ¿Por qué creéis que el imperio de la derecha es tan colosal, tan indestructible? Porque llevan no sé cuántos años dando el callo para construirlo. ¡La casa del PP será todo lo aburrida que queráis, pero es una casa como Dios manda! ¡No es un puto chabolo de hippies que se pasan el día jugando a hacer burbujitas de jabón! Eso tiene un trabajo impresionante detrás, tíos. Cuando uno elige una derecha-way-of-life renuncia al glamour, a los focos, al glitter, pero apuesta por algo más consistente, el trabajo serio. Y en eso tanto el PP como yo os damos sopas con ondas.


Yo respeto a los fachos por eso. Son espabilados. Saben a qué juegan. Vosotros no, vosotros os creéis que por vuestra cara bonita hay que daros dinero. ¡Pero bueno! ¿Qué desfachatez es esta? No, no, no, estáis muy equivocados sobre lo que es la vida. ¿Creéis que los fachos, que llevan toda su puta vida construyendo su imperio, os lo van a regalar ahora porque hagáis cuatro manifestaciones en Sol? ¡De ninguna de las maneras! Vamos, no por maldad, sino por respeto al esfuerzo. “No, pero es que son muy tiranos”. Bueno. Igual sí. Pero tiranos serios. Y yo a la gente seria la respeto.

Mi trabajo con SFIV bebe de la derecha. De lo que yo entiendo que tiene de bueno la derecha. De ir poco a poco. De intentarlo, fracasar, y volver a levantarte. De que te dé miedo Seth, el enemigo final, y de sobreponerte a ese miedo no negándolo sino sintiéndolo para así, finalmente, trascenderlo. Cada día un poquito. Refinar la técnica. Hacer alguna trampilla. Medir hasta cuánto puedes hacer trampas y desde dónde es poco ético. De encontrar un estilo propio. ¡Un estilo propio! Eso sí que exige esfuerzo, y no la Guerra Blitz.


¡Cuántos rivales se han mosqueado conmigo en el on line porque no ven ni por dónde les vienen las hostias! Te doy, pum, salto y te doy por detrás. Te giras y ¡oh! Ya no estoy. Y te cojo por detrás. Y antes de que te levantes y recuperes el equilibro mental ¡plaaaaaaaaffffffff! ¡Focus Attack! “¡No vale hacer Focus Attack cuando me estoy levantando!” No, no, sí vale. Si fueras bueno sabrías que eso se contrarresta haciendo un shoryuken. Pero claro, como tú por la vida pasas tirándote peditos pues eso no lo sabes.

“¡No vale difamar al contrario!”. “¡No vale conspirar!”. No, no, sí vale. Di que tú no sabes hacerlo, pero valer sí vale. Aprende tú a difamarme a mi y a conspirar contra mi. Y ahí sentiré que tengo un rival enfrente digno de mi. Esto es una pelea callejera, tío. Street-Fighter. ¿Qué no entiendes? La política también es Street Fighter. Vale hacer Focus Attack antes de que te levantes. Lo que pasa es que tú te crees que debes ganar sólo porque te has autoerigido como Tocado Por La Vara De Dios. Y, bueno, si hablamos de trampas, te he de decir, mi querido amigo, que esa es la peor.


Un trabajo serio el que he hecho yo con SFIV, sí señor. Desde cero. Desde lo más bajo. Y ahí, pim pam, día a día, mejorando, cuestionándome, haciéndolo todo cada vez más limpio. Construyendo un sistema que pueda, en una batalla real, plantarle cara a la derecha. Todo sólido. Sin fisuras. Sin cabos sueltos. Un sistema de izquierdas que sea una alternativa real al de la derecha. Ese es mi juego.

¿Cómo no voy a respetar a la derecha? Si les he copiado a traición. No saben lo agradecido que les estoy. He cogido su sistema, lo he descompuesto en sus partes y he montado el mío propio con sus partes más claves. Joder, si son mis maestros. Les voy a ganar, pero desde el más profundo de los respetos.


Así se gana, Pablo. Que pareces nuevo. Bueno, es que eres nuevo, claro. Se me olvidaba.