Joer. Menuda mierda de Tetris. De
verdad. Vaya bajón de juego. Uno se lo compra con el precedente de
Tetris DS, un Tetris para DS (¡uh!) que estaba canela fina de bien.
Pero bien-bien. Pero claro, ese Tetris lo desarrolló Nintendo y este
THQ. Que es como pedirle un traje a Marc Jacobs y otro a Victorio y
Lucchino. Pues que no. Que no, no.
Para empezar lleva la palabra
“evolution” en el nombre. Mal empezamos. Recordáis Dragonball
Evolution, ¿no? Parece que hay suficientes precedentes como para
pensar que llamarle a algo Evolution es sinónimo de fracaso. Vamos,
ya no de fracaso, que fracasar pueden fracasar cosas de calidad, como
Wii Music, sino de baja calidad. De calidad baja-baja.
Luego lo pones, como en plan, bueno, es
el Tetris, mal no puede estar. Y joder. Tiene esos gráficos como de
juego malo de Xbox Live, como de “última generación” pero que a
la vez son cutres, como hechos de cualquier manera. No sé. No soy un
experto en gráficos más allá de saber cuándo algo me gusta y
cuándo no.
A mi me gustaría un Tetris, puestos a
pedir, que no aumentase la dificultad conforme vas haciendo líneas.
Igual es que me hago mayor, pero lo mismo que me gusta pasar diez
minutos sentado en un banco de la calle, como acabo de hacer, me
gustan los juegos que no me presenten un reto. Simplemente que me
acompañen mientras paso el rato. Tetris sería el juego perfecto
para esto, pero si me aumentas la dificultad cada diez líneas, a las
100, como tarde, voy a empezar a ponerme histérico. Y, chico, ya
estoy en un momento de la vida en el que ponerme histérico me va
super poco. Paso de que me dé un ictus ni nada.
Así que... ¡No sé! ¡Qué pereza me
da este puto Tetris! Lo puse tres o cuatro veces y al cajón. Vamos,
a la estantería, que un juego, aunque malo, es un juego, y ocupa lo
mismo que uno bueno. Y luce igual. La gente no viene a fijarse en
cada juego que tengo, viene a fijarse en CUÁNTOS juegos tengo.
¡Juan, cuántos juegos tienes! ¿Si los vendes cuánto te sacas,
Juan?
Pues yo qué sé. Me temo que para un
plan de pensiones no me da, al menos hoy en día. ¡Pero tiempo al
tiempo, hijos de puta! ¡Tiempo al tiempo!
Este Tetris es tan malo que entra en la
categoría de Juegos Que Espero Que Se Revaloricen Con El Tiempo De
Lo Malos Que Son. ¿Quién se pudo pillar en la década de los 10 el
Tetris Evolution? Cuatro colgados. Bueno, pues yo soy uno de esos
cuatro. Deme su dinero, por favor.
Yo soy el típico desgraciado que
piensa a largo plazo. Soy largoplacista. Como digo, paso de que me dé
un ictus, y para que te dé un ictus no hay cosa mejor que ser
cortoplacista. Vives todo el rato como si se fuera a acabar el mundo
en la próxima hora. ¡Jo, tío! ¡No sé cómo aguantas! ¡Qué puta
mierda de vida la tuya! ¿No es mejor ser más hormiguita y hacer un
poco cada día que pegarte atracones constantemente? No sé, ya sé
que está de moda este “enfoque de las cosas”, pero yo no lo hago
por moda. La moda soy yo, como sabéis. Yo no sigo la moda porque,
bueno, no puedo seguirme a mi mismo. ¿Cómo se hace eso? ¡Es
imposible!
Para ser largoplacista hay que tener
los cojones mucho más bien puestos que para ser cortoplacista.
Cuando uno es cortoplacista es porque se pone nervioso con cualquier
cosita. Es esclavo de las emociones, de por dónde sople el viento en
cada momento. ¡Ayayayayayay! ¡Que me pilla el toro! Siempre está a
punto de pillarte el toro. No digo que en la época universitaria no
mole vivir así, como disfrutando de esa sensación de urgencia
constante, es como muy guay. “¡Ay, qué atareado estoy!” “¡No
llego, no llego!” Muy molante, sí señor.
También es muy guay vivir así en tu
primera etapa en el mundo laboral. ¡Ay! ¡Qué estrés! ¡Claro, es
que soy TAN importante...! ¡Déjame, mamá! ¡Claro que no puedo
probarme ahora esa camisa tan bonita! ¿No ves que si no entrego esto
a su hora el mundo se derrumbará, sin lugar a dudas? Sí, el Cola
Cao con galletas, como siempre. ¿Eres tonta?
La primera etapa en el mundo laboral
mola mucho porque te piensas que vives en Friends. Y en los 00-10 no
hubo cosa más guay que vivir en Friends. Bueno, yo en los 95-05,
porque suelo ir una década por delante de todos vosotros, pero, por
el bien de las cosas, voy a rebajarme a fingir que estoy a vuestro
nivel. Es así cómo os gusta, ¿no? Con galletas.
Lo que molaba era ser Rachel de
Friends. Ese era el ideal. Ir por la calle siempre con prisa mamando
un puto macchiato de Starbucks. Hoy en día eso es lo peor, lo más
paleto del mundo, pero en su día lo petó. ¡Ah, la moda! ¡Qué
bonita! ¡Qué metáfora del zeitgeist! Puede que tú creas que vives
al margen de ella, pero si piensas eso te tengo que decir que no
vives al margen, sino a su rebufo. Eres el último de Filipinas. Los
últimos de Filipinas siempre dicen eso, como la zorra dice que pasa
de esas uvas que se ve que están pochas, cuando lo que pasa en
realidad es que están demasiado altas para ella.
¡Pues nada, Tetris Evolution! ¡Una
puta mierda, como ir a Starbucks hoy en día!