domingo, 21 de agosto de 2016

Tetris Evolution


Joer. Menuda mierda de Tetris. De verdad. Vaya bajón de juego. Uno se lo compra con el precedente de Tetris DS, un Tetris para DS (¡uh!) que estaba canela fina de bien. Pero bien-bien. Pero claro, ese Tetris lo desarrolló Nintendo y este THQ. Que es como pedirle un traje a Marc Jacobs y otro a Victorio y Lucchino. Pues que no. Que no, no.


Para empezar lleva la palabra “evolution” en el nombre. Mal empezamos. Recordáis Dragonball Evolution, ¿no? Parece que hay suficientes precedentes como para pensar que llamarle a algo Evolution es sinónimo de fracaso. Vamos, ya no de fracaso, que fracasar pueden fracasar cosas de calidad, como Wii Music, sino de baja calidad. De calidad baja-baja.

Luego lo pones, como en plan, bueno, es el Tetris, mal no puede estar. Y joder. Tiene esos gráficos como de juego malo de Xbox Live, como de “última generación” pero que a la vez son cutres, como hechos de cualquier manera. No sé. No soy un experto en gráficos más allá de saber cuándo algo me gusta y cuándo no.


A mi me gustaría un Tetris, puestos a pedir, que no aumentase la dificultad conforme vas haciendo líneas. Igual es que me hago mayor, pero lo mismo que me gusta pasar diez minutos sentado en un banco de la calle, como acabo de hacer, me gustan los juegos que no me presenten un reto. Simplemente que me acompañen mientras paso el rato. Tetris sería el juego perfecto para esto, pero si me aumentas la dificultad cada diez líneas, a las 100, como tarde, voy a empezar a ponerme histérico. Y, chico, ya estoy en un momento de la vida en el que ponerme histérico me va super poco. Paso de que me dé un ictus ni nada.

Así que... ¡No sé! ¡Qué pereza me da este puto Tetris! Lo puse tres o cuatro veces y al cajón. Vamos, a la estantería, que un juego, aunque malo, es un juego, y ocupa lo mismo que uno bueno. Y luce igual. La gente no viene a fijarse en cada juego que tengo, viene a fijarse en CUÁNTOS juegos tengo. ¡Juan, cuántos juegos tienes! ¿Si los vendes cuánto te sacas, Juan?


Pues yo qué sé. Me temo que para un plan de pensiones no me da, al menos hoy en día. ¡Pero tiempo al tiempo, hijos de puta! ¡Tiempo al tiempo!

Este Tetris es tan malo que entra en la categoría de Juegos Que Espero Que Se Revaloricen Con El Tiempo De Lo Malos Que Son. ¿Quién se pudo pillar en la década de los 10 el Tetris Evolution? Cuatro colgados. Bueno, pues yo soy uno de esos cuatro. Deme su dinero, por favor.


Yo soy el típico desgraciado que piensa a largo plazo. Soy largoplacista. Como digo, paso de que me dé un ictus, y para que te dé un ictus no hay cosa mejor que ser cortoplacista. Vives todo el rato como si se fuera a acabar el mundo en la próxima hora. ¡Jo, tío! ¡No sé cómo aguantas! ¡Qué puta mierda de vida la tuya! ¿No es mejor ser más hormiguita y hacer un poco cada día que pegarte atracones constantemente? No sé, ya sé que está de moda este “enfoque de las cosas”, pero yo no lo hago por moda. La moda soy yo, como sabéis. Yo no sigo la moda porque, bueno, no puedo seguirme a mi mismo. ¿Cómo se hace eso? ¡Es imposible!

Para ser largoplacista hay que tener los cojones mucho más bien puestos que para ser cortoplacista. Cuando uno es cortoplacista es porque se pone nervioso con cualquier cosita. Es esclavo de las emociones, de por dónde sople el viento en cada momento. ¡Ayayayayayay! ¡Que me pilla el toro! Siempre está a punto de pillarte el toro. No digo que en la época universitaria no mole vivir así, como disfrutando de esa sensación de urgencia constante, es como muy guay. “¡Ay, qué atareado estoy!” “¡No llego, no llego!” Muy molante, sí señor.


También es muy guay vivir así en tu primera etapa en el mundo laboral. ¡Ay! ¡Qué estrés! ¡Claro, es que soy TAN importante...! ¡Déjame, mamá! ¡Claro que no puedo probarme ahora esa camisa tan bonita! ¿No ves que si no entrego esto a su hora el mundo se derrumbará, sin lugar a dudas? Sí, el Cola Cao con galletas, como siempre. ¿Eres tonta?

La primera etapa en el mundo laboral mola mucho porque te piensas que vives en Friends. Y en los 00-10 no hubo cosa más guay que vivir en Friends. Bueno, yo en los 95-05, porque suelo ir una década por delante de todos vosotros, pero, por el bien de las cosas, voy a rebajarme a fingir que estoy a vuestro nivel. Es así cómo os gusta, ¿no? Con galletas.


Lo que molaba era ser Rachel de Friends. Ese era el ideal. Ir por la calle siempre con prisa mamando un puto macchiato de Starbucks. Hoy en día eso es lo peor, lo más paleto del mundo, pero en su día lo petó. ¡Ah, la moda! ¡Qué bonita! ¡Qué metáfora del zeitgeist! Puede que tú creas que vives al margen de ella, pero si piensas eso te tengo que decir que no vives al margen, sino a su rebufo. Eres el último de Filipinas. Los últimos de Filipinas siempre dicen eso, como la zorra dice que pasa de esas uvas que se ve que están pochas, cuando lo que pasa en realidad es que están demasiado altas para ella.

¡Pues nada, Tetris Evolution! ¡Una puta mierda, como ir a Starbucks hoy en día!