domingo, 14 de agosto de 2016

Akai Katana


Si estás interesado en el mercado del coleccionismo tienes que pillarte danmakus con fuerte sabor japo. Danmaku significa “lluvia de balas”. Dan significa golpe, proyectil. Maku significa lluvia, torrente. Danmaku. O sea, que la Macu de Aída tiene poesía en su nombre. Quién lo diría. Con el coco que es, la tía.


Un danmaku es un juego de naves que te disparan tanto que las balas forman patrones preciosos, como fractales. Los danmakus son la quitaesencia del refinamiento videojueguil, todos los intelectuales eligen como su género preferido el shoot´em up y si es danmaku pues mejor que mejor. Supongo que por eso a mi no me gustan tanto, porque yo no soy un intelectual. Soy... No sé. Un ser superior. Algo así.

Los danmakus molan por las formas que crean. Son como una lámpara de lava, pero en mejor. No, en serio, un danmaku es un espectáculo increíble. Es como la aurora boreal artificial. Una cosa muy bonita.


Claro, también te digo que son jodidísimos, porque tanta lluvia de bala hay que esquivarla. Por eso yo soy un paquete, porque me quedo contemplando los gloriosos patrones que se forman orgánicamente ante mis ojos y en esto que los estoy mirando, pum, me han matado. Por eso el danmaku es un género que si, como yo, eres esteta, es mejor que lo paladees en Youtube a fullscreen.

Mira, si quieres ir a una reunión de gente importante y quieres quedar como super guay, tienes que hablar de Ikaruga. Ikaruga es el danmaku más importante de la historia. Dodonpachi está bien, tiene el encanto del segundo, más refinado, pero no te líes: con Ikaruga te llevas a la chica. Cuando ya te hayas llevado a esa y quieras, no sé, probar con gordas, mancas, perversiones, tira ya de Dodonpachi. Pero para llevarte a la rubia buena normal es mejor que hables de Ikaruga.


Ikaruga tiene un concepto muy original que a mi no me gusta tanto como se supone que tendría que gustarme, pero, en fin, ahora no estamos hablando de mi. Bueno, SIEMPRE estamos hablando de mi. Eso también es verdad.

El concepto es que tu nave da vueltas. Por un lado es blanca y por otro es negra. Si te pones por el lado blanco no te afectan las balas blancas, o las negras, no me acuerdo. Unas balas no te afectan. Y si te pones por el lado negro viceversa. Esto hace que, también, sea un danmaku más accesible, porque con ponerte de un color atraviesas unas balas y no tienes que volverte loco esquivando.


Si los reyes te invitan a cenar, pongamos por caso, yo en tu lugar, en vez de una temporada de Juego de Tronos, les llevaría un ejemplar de Ikaruga de Dreamcast. Con eso vas a quedar a la altura de las circunstancias. Si te invitan una segunda vez, cosa que harán si les llevas Ikaruga, yo (yo) les llevaría Radiant Silvergun de Saturn. Con eso ya caerán a tus pies. Se harán amigos tuyos, de campechana forma, y te llamarán para jugar a dobles, aunque sea por Internet. ¿Qué gamertag tendrán los reyes en Xbox Live? ¿Potens Totalis? ¿Elmachocamacho? ¿Soy7vecesmasfuertequetu? Ni idea. Si un día me invitan a cenar les pregunto y te cuento, ¿vale?

Akai Katana es un danmaku de segunda fila, creo. Apenas he oído hablar de él, por eso te lo digo, igual es la monda lironda y yo aquí diciendo tonterías. Yo me lo pillé porque la portada es bonita y porque “¡oye, voy a pillarme un danmaku!”. Lo pillé en la última época de 360, que es la época en la que hay que comprar los juegos de una consola. El grano y la paja ya están separados y todo cuesta como un 75% menos.


Se me escapó el Dodonpachi, pero es que, aunque estaba barato, me parecía demasiado caro. Bueno, no pasa nada. A mi, ya ves tú.

Además, las cosas de segunda fila tienen el extra de que quizás se hagan super totémicas en el futuro. ¿Quién iba a pensar que el cartucho del Nintendo World Championship iba a valer hoy lo que vale? Pues eso hago yo, buscar el futuro Nintendo World Championship. Ya sé que es un poco inocente por mi parte, pero no sé, tú ves todas las noches Telecinco con tu puta pareja juntos en el sofá aunque os odiéis. Estáis ahí los dos juntos y ella piensa “este tío es un calzones, le odio, tengo que escapar de esta vida como sea”. Él piensa “quiero follar. Follar. Follar. Follar. ¡Follar! ¡Puta estrecha! ¡Te odio!”.


Así que, bueno. Cada uno pasamos el tiempo como más nos gusta, ¿no? No, lo tuyo está guay, no me entiendas mal. Pero es que a mi las úlceras y los cánceres me dan como mal rollo. No te ofendas.

Pero, oye, tú, todos los que quieras.