Si estás interesado en el mercado del
coleccionismo tienes que pillarte danmakus con fuerte sabor japo.
Danmaku significa “lluvia de balas”. Dan significa golpe,
proyectil. Maku significa lluvia, torrente. Danmaku. O sea, que la
Macu de Aída tiene poesía en su nombre. Quién lo diría. Con el
coco que es, la tía.
Un danmaku es un juego de naves que te
disparan tanto que las balas forman patrones preciosos, como
fractales. Los danmakus son la quitaesencia del refinamiento
videojueguil, todos los intelectuales eligen como su género
preferido el shoot´em up y si es danmaku pues mejor que mejor.
Supongo que por eso a mi no me gustan tanto, porque yo no soy un
intelectual. Soy... No sé. Un ser superior. Algo así.
Los danmakus molan por las formas que
crean. Son como una lámpara de lava, pero en mejor. No, en serio, un
danmaku es un espectáculo increíble. Es como la aurora boreal
artificial. Una cosa muy bonita.
Claro, también te digo que son
jodidísimos, porque tanta lluvia de bala hay que esquivarla. Por eso
yo soy un paquete, porque me quedo contemplando los gloriosos
patrones que se forman orgánicamente ante mis ojos y en esto que los
estoy mirando, pum, me han matado. Por eso el danmaku es un género
que si, como yo, eres esteta, es mejor que lo paladees en Youtube a
fullscreen.
Mira, si quieres ir a una reunión de
gente importante y quieres quedar como super guay, tienes que hablar
de Ikaruga. Ikaruga es el danmaku más importante de la historia.
Dodonpachi está bien, tiene el encanto del segundo, más refinado,
pero no te líes: con Ikaruga te llevas a la chica. Cuando ya te
hayas llevado a esa y quieras, no sé, probar con gordas, mancas,
perversiones, tira ya de Dodonpachi. Pero para llevarte a la rubia
buena normal es mejor que hables de Ikaruga.
Ikaruga tiene un concepto muy original
que a mi no me gusta tanto como se supone que tendría que gustarme,
pero, en fin, ahora no estamos hablando de mi. Bueno, SIEMPRE estamos
hablando de mi. Eso también es verdad.
El concepto es que tu nave da vueltas.
Por un lado es blanca y por otro es negra. Si te pones por el lado
blanco no te afectan las balas blancas, o las negras, no me acuerdo.
Unas balas no te afectan. Y si te pones por el lado negro viceversa.
Esto hace que, también, sea un danmaku más accesible, porque con
ponerte de un color atraviesas unas balas y no tienes que volverte
loco esquivando.
Si los reyes te invitan a cenar,
pongamos por caso, yo en tu lugar, en vez de una temporada de Juego
de Tronos, les llevaría un ejemplar de Ikaruga de Dreamcast. Con eso
vas a quedar a la altura de las circunstancias. Si te invitan una
segunda vez, cosa que harán si les llevas Ikaruga, yo (yo) les
llevaría Radiant Silvergun de Saturn. Con eso ya caerán a tus pies.
Se harán amigos tuyos, de campechana forma, y te llamarán para
jugar a dobles, aunque sea por Internet. ¿Qué gamertag tendrán los
reyes en Xbox Live? ¿Potens Totalis? ¿Elmachocamacho?
¿Soy7vecesmasfuertequetu? Ni idea. Si un día me invitan a cenar les
pregunto y te cuento, ¿vale?
Akai Katana es un danmaku de segunda
fila, creo. Apenas he oído hablar de él, por eso te lo digo, igual
es la monda lironda y yo aquí diciendo tonterías. Yo me lo pillé
porque la portada es bonita y porque “¡oye, voy a pillarme un
danmaku!”. Lo pillé en la última época de 360, que es la época
en la que hay que comprar los juegos de una consola. El grano y la
paja ya están separados y todo cuesta como un 75% menos.
Se me escapó el Dodonpachi, pero es
que, aunque estaba barato, me parecía demasiado caro. Bueno, no pasa
nada. A mi, ya ves tú.
Además, las cosas de segunda fila
tienen el extra de que quizás se hagan super totémicas en el
futuro. ¿Quién iba a pensar que el cartucho del Nintendo World
Championship iba a valer hoy lo que vale? Pues eso hago yo, buscar el
futuro Nintendo World Championship. Ya sé que es un poco inocente
por mi parte, pero no sé, tú ves todas las noches Telecinco con tu
puta pareja juntos en el sofá aunque os odiéis. Estáis ahí los
dos juntos y ella piensa “este tío es un calzones, le odio, tengo
que escapar de esta vida como sea”. Él piensa “quiero follar.
Follar. Follar. Follar. ¡Follar! ¡Puta estrecha! ¡Te odio!”.
Así que, bueno. Cada uno pasamos el
tiempo como más nos gusta, ¿no? No, lo tuyo está guay, no me
entiendas mal. Pero es que a mi las úlceras y los cánceres me dan
como mal rollo. No te ofendas.
Pero, oye, tú, todos los que quieras.