Ay, ay, ay. Los juegos indies. Ay, ay,
ay, los juegos indies. ¡Cuánto se parecen a Malasaña! Son su
versión en el mundo videojueguil.
Los juegos indies fueron el falso
Grial, como los hipsters. Mira que se os advirtió: “En El Final de
los Tiempos se levantarán muchos falsos profetas”. Nada. Ni puto
caso. Venga echar dinero en el crowfunding. Venga a alimentar a unos
jetas que quieren que les deis pasta por su cara bonita.
¡Hombre, eso sí que tendría gracia!
No hombre. Hay que hacer algo más que
echarle morro a la vida. Coño, es que así no mola. Si haces
trampas... Primero que te engañas a ti mismo, lo que es lo más, sin
duda, patético que una persona normal puede echarse a su cara
bonita. Y segundo, que es lo realmente flagrante: quieres engañar a
los demás. Ah. Es ahí, indies, hipsters, donde encendéis mi
corazón.
Pero benditos ángeles de Dios, ¿cómo
podéis ir por la vida, no sé, vendiendo mostachos falsos de fieltro
porque son muy “cuquis”? Pero... ¿Pero vosotros os habéis
mirado bien ese melón que tenéis coronándoos el cuello? ¿Pero que
tipo de estafa a gran escala es esta? ¿Pero qué es eso de pintar
corazones por todas partes? ¿Pero... Pero qué diablos hacéis,
chicos?
No, no, no, lo siento, pero mi nota es
un suspenso. Lo siento, más me duele a mi. Pero es que si no va a
ser peor para todos. Mirad, tenéis que aprender una cosa crucial que
es la que no os enseñaron vuestros papás: a trabajar. Sí, ya sé
que a ellos los engañabais con esos popotitos tan monos, pero coño,
que eran papá y mamá. ¡Eran tontos! ¡Por eso eran papá y mamá!
Los padres no es que les pilléis, es
que se dejan pillar, cosa muy diferente, nenitos.
Ni respeto por vuestros padres tenéis.
Yo no sé qué va a ser de vosotros.
Y los indies son un poco igual. No sé
si conocéis a Phil Fish, sacó un juego indie muy icónico que es
Fez pero se ha hecho más famoso por sus rabietas en Twitter que por
su puto juego. “¡No sabéis cuánto duele!”, twiteaba el
gilipollas como respuesta a unas críticas. Pero... Pero... ¡Pero!
¡Pero tío! ¡Pero tío! ¡Pero tío!
No, el mundo no está en vuestra
contra. El mundo pasa de vuestro puto culo, ese es el problema. Por
eso montáis esos numeritos ridículos, para ver si os hacen caso.
Pero, insisto, lo que no os enseñaron
papá y mamá es que aquí fuera, en el mundo real, para que te hagan
caso hay que trabajar. Hostia puta. Claro, Juan, es que no nos habías
dicho eso. Haber empezado por el principio.
También es verdad. Culpa mía.
Si, a ver, que trabajar es un coñazo.
Eso lo sabemos todos. También a mi me gusta más comer galletas con
la forma de Triki, El Monstruo de las Galletas y ver Netflix. Pues
claro que sí. A cualquiera.
Pero, hombre, no se puede ir por la
vida echándole tal cantidad de morro a las cosas. Es que hacéis
unos diseños que son de niño retrasado, con perdón para los niños
retrasados. Yo lo siento, de verdad.
No, a ver, si yo os entiendo:
representáis en la forma más pura de la que sois capaces vuestro
anhelo de pureza. Pero ¡por Dios! ¿tan baja es vuestra percepción
de lo que es la verdadera pureza? ¿Tan mema es vuestra visión del
mundo? ¿Eso es lo que queréis ofrecernos? ¿Tapetitos?
Bueno, bueno. Si yo no digo nada. El
que quiera suicidarse es cosa suya. Allá tú.