jueves, 11 de agosto de 2016

Bit Trip Complete


Ay, ay, ay. Los juegos indies. Ay, ay, ay, los juegos indies. ¡Cuánto se parecen a Malasaña! Son su versión en el mundo videojueguil.


Los juegos indies fueron el falso Grial, como los hipsters. Mira que se os advirtió: “En El Final de los Tiempos se levantarán muchos falsos profetas”. Nada. Ni puto caso. Venga echar dinero en el crowfunding. Venga a alimentar a unos jetas que quieren que les deis pasta por su cara bonita.

¡Hombre, eso sí que tendría gracia!

No hombre. Hay que hacer algo más que echarle morro a la vida. Coño, es que así no mola. Si haces trampas... Primero que te engañas a ti mismo, lo que es lo más, sin duda, patético que una persona normal puede echarse a su cara bonita. Y segundo, que es lo realmente flagrante: quieres engañar a los demás. Ah. Es ahí, indies, hipsters, donde encendéis mi corazón.


Pero benditos ángeles de Dios, ¿cómo podéis ir por la vida, no sé, vendiendo mostachos falsos de fieltro porque son muy “cuquis”? Pero... ¿Pero vosotros os habéis mirado bien ese melón que tenéis coronándoos el cuello? ¿Pero que tipo de estafa a gran escala es esta? ¿Pero qué es eso de pintar corazones por todas partes? ¿Pero... Pero qué diablos hacéis, chicos?

No, no, no, lo siento, pero mi nota es un suspenso. Lo siento, más me duele a mi. Pero es que si no va a ser peor para todos. Mirad, tenéis que aprender una cosa crucial que es la que no os enseñaron vuestros papás: a trabajar. Sí, ya sé que a ellos los engañabais con esos popotitos tan monos, pero coño, que eran papá y mamá. ¡Eran tontos! ¡Por eso eran papá y mamá!

Los padres no es que les pilléis, es que se dejan pillar, cosa muy diferente, nenitos.

Ni respeto por vuestros padres tenéis. Yo no sé qué va a ser de vosotros.


Y los indies son un poco igual. No sé si conocéis a Phil Fish, sacó un juego indie muy icónico que es Fez pero se ha hecho más famoso por sus rabietas en Twitter que por su puto juego. “¡No sabéis cuánto duele!”, twiteaba el gilipollas como respuesta a unas críticas. Pero... Pero... ¡Pero! ¡Pero tío! ¡Pero tío! ¡Pero tío!

No, el mundo no está en vuestra contra. El mundo pasa de vuestro puto culo, ese es el problema. Por eso montáis esos numeritos ridículos, para ver si os hacen caso.

Pero, insisto, lo que no os enseñaron papá y mamá es que aquí fuera, en el mundo real, para que te hagan caso hay que trabajar. Hostia puta. Claro, Juan, es que no nos habías dicho eso. Haber empezado por el principio.


También es verdad. Culpa mía.

Si, a ver, que trabajar es un coñazo. Eso lo sabemos todos. También a mi me gusta más comer galletas con la forma de Triki, El Monstruo de las Galletas y ver Netflix. Pues claro que sí. A cualquiera.

Pero, hombre, no se puede ir por la vida echándole tal cantidad de morro a las cosas. Es que hacéis unos diseños que son de niño retrasado, con perdón para los niños retrasados. Yo lo siento, de verdad.

No, a ver, si yo os entiendo: representáis en la forma más pura de la que sois capaces vuestro anhelo de pureza. Pero ¡por Dios! ¿tan baja es vuestra percepción de lo que es la verdadera pureza? ¿Tan mema es vuestra visión del mundo? ¿Eso es lo que queréis ofrecernos? ¿Tapetitos?


Bueno, bueno. Si yo no digo nada. El que quiera suicidarse es cosa suya. Allá tú.