Esta peli es así también “de las
menores” de Woody Allen pero no por eso es mala. Cuando algo es
“menor” para mi es un poco “mayor” porque no está sobada por
las manazas del vulgo, y yo a esa gente sí que la considero “menor”.
Danny Rose es un agente del mundo del
espectáculo condenado al fracaso porque es buena persona. No se
arrima a la gente en función de lo que piensa que podría sacar de
ellos, sino de la ayuda que cree que les puede prestar. Por eso
siempre se arrima a inútiles, a la carne de cañón. Porque se
enternece y en vez de ver lo inútiles que son ve lo grandes que
podrían llegar a ser.
Cuando uno es así, ya os digo, se mete
en un montón de problemas, porque piensas que todo el mundo es como
tú y nanai. La gente está pensando en qué puede sacarle a los
demás, no en cómo puede ayudar al mundo. Así que con esta manera
de proceder te vas a llevar innumerables decepciones. Te dejo
advertido.
Por otro lado también vas a conseguir
separar el grano de la paja y, a la larga, te quedarás sólo con la
gente de calidad, mientras los otros sufren en el arroyo las
consecuencias de su egoísmo. Así es como acaba Danny Rose. Hala, ya
te he destripado la película. De nada.
¿Debe uno ser un buen samaritano? Yo
te voy a decir que sí. Aunque, con la edad, cada vez entiendo más a
mi madre cuando me reprendía por ser de esta manera. No, no es que
fuera mala persona, todo lo contrario. Es que no quería que yo me
llevase las hostias que se había llevado ella. Si yo ahora tuviera
un hijo (tengo primos pequeños, los uso como hijos) también le
diría que mirase por su propio pellejo y pasase de salvarle el culo
a los demás. No sería capaz de aconsejarle a mi hijo algo que,
indefectiblemente, le va a acabar dejando con el corazón roto. Por
eso ahora entiendo a mi madre. No es que no valorase que yo fuese
buena persona, simplemente no era capaz de mandarme al matadero con
sus consejos. Ya te pillo, mami.
Miren, amigos lectores, el dolor que te
deja las putadas que te hace la gente con el tiempo pasa. No digo que
no duela que te cagas, digo que con el tiempo pasa. Lo que no pasa y
es ese “tesoro en el Cielo” del que hablaba Jesús es haberse
comportado bien con los demás. Haberles dado todo lo que tienes
porque simplemente te da placer hacerlo. Puede que te traicionen,
puede que no te sepan o no te quieran corresponder, pero la grandeza
que conlleva actuar de forma recta es lo más enorme que te puedes
llevar de esta vida.
Si eres un hijo mío perdido o un primo
mío pequeño, borra lo que acabas de leer de tu cabezota. No quiero
que te hagan daño, no quiero que sufras tanto como he sufrido yo.
Así que ya te estás comprando una navaja y te pones a atracar a
cada gilipollas que pase por tu lado. Quiero que les dejes secos, sin
nada, quiero que les robes todo lo que tengan. Y no se te ocurra
darles a ellos nada. ¡Nada! Tú todo quitar y nada dar. ¿Entiendes?
Haz caso a tu padre.
Y un poco de esto trata Danny Rose. De
que si tratas bien a la gente al final te van a acabar traicionando.
Pero al final-final tú vas a estar contento con aquellos que sí se
merecen tus cuidados y la zorra que te dio por culo llamará a tu
puerta en busca de clemencia, ahora que su irresponsable proceder la
ha destruido. Y tú le dices que, oye, que lo sientes, pero es que
ahora estás celebrando Acción de Gracias con unos amigos y que casi
que pasando.
Que sí, que sí: que yo te destripo
todas la películas. ¿Pero todavía no te has dado cuenta? Siempre
lo hago. Me produce mucho placer.