¡Ah, Trainspotting! ¡Qué
generacional! La película de mis prístinos 18 años, vive Dios.
Esta y El Día de la Bestia. Por Dios, ¿tanto tiempo ha pasado?
Parece que fue ayer.
Trainspotting va de unos yonkis que se
meten mazo burro. Y por lo menos no te vienen con moralina y te dicen
que si se meten es porque les mola mogollón hacerlo y que si no no
se meterían, que no son gilipollas. A mi esa manera de plantear las
cosas ya hace que respete a alguien, sea yonki o no.
Como me pasa en casi el 100% de las
películas, lo que me mola es el planteamiento, el nudo y el
desenlace me parece que sobran. Por eso yo hago muchas cosas, porque
persistir en una mucho tiempo se me hace tedioso. ¡Ya está! ¡Ya te
he dicho todo lo que te quería decir! ¿Por qué me exiges que siga
redundando en lo mismo? Creo que el problema lo tienes tú, que
entiendes lento.
Así que esta peli desde que muere el
bebé me aburre. Sigo viéndola porque, bueno, pues porque no tengo
nada mejor que hacer y porque, oye, ya que te ha hecho un
planteamiento de puta madre pues te tragas su puto nudo y su puto
desenlace, aunque sólo sea por caballerosidad. Pero vamos, que con
el rollo de “somos yonkis y mira qué movidas hacemos para seguir
siéndolo” me basta y me sobra.
Soy muy amante de la comedia, no del
drama. Me parece que en la comedia está implícito todo lo que el
drama te quiere contar pero sin ponerse baboso. Y siento que esta
peli desde que muere el bebé se pone como un poco dramática de más.
Aún así valoro los detalles de que, por mucho que quieras avanzar,
tus putos colegas te van a perseguir con sus movidas chungas aunque
te vayas a Londres a trabajar vendiendo casas. Se ve que el tal Danny
Boyle sabe de qué va la movida.
También lo valoro en Ratatouille,
cuando la rata, aunque ya esté trabajando de puta madre en el
restaurante de Gusteau, tiene que aguantar que sus putos colegas
vengan a gorronearle comida. Sin embargo, y de manera menos cínica,
también aprecio que cuando las cosas se tuercen recurre a ellos para
que le echen una mano y ellos lo hacen a su humilde pero eficaz
manera.
Trainspotting no, Trainspotting es
cínica hasta el final. En Trainspotting Renton le da el palo a sus
supuestos colegas y se pira con la pasta, como diciéndoles “ahora
os jodéis por toda la mierda que me he tenido que comer por vuestra
culpa”. Eso sí, le deja un buen fajito de billetes a Spud, el
colega tonto que a lo mejor más que tonto era bueno, muy bueno.
¿Cómo comportarse, como en
Trainspotting o como en Ratatoullie? Me voy a salir por el camino de
en medio y voy a abogar por una mezcla. Supongo que es el camino más
sensato. Si metes a tus colegas en tu curro serio, dedicado, vas a
acabar jodido porque la naturaleza del colega es ser un borrico. Te
va a joder el chiringo que tienes montado. Los chicos somos así,
cuando nos disfrazamos de colegones es el papel que tenemos que
representar. Si te quieres ir a trabajar seriamente por una vida
recta lo vamos a considerar una traición. No te mosquees, pero esto
es como la mafia. Si entras luego no vas a poder salir, y si sales te
vas a llevar un regalito de despedida. No es nada personal, pero tu
éxito nos recuerda lo puta mierda que somos nosotros y, como
esperamos que entiendas, colega, te vas a tener que llevar una
hostia. Ya sabes, por los viejos tiempos. Nuestro rollo siempre fue y
siempre será así.
Por otro lado, no te deseo, mi
trabajador lector, que acabes en un ambiente donde todos son tan
responsables como tú. Ahí las tornas cambian y lo que vas a echar
de menos es a tus descerebrados colegas, porque tus nuevos amigos
tienen el culo tan estrecho que si los sientas en un sillín lo van a
cortar por la mitad, con el filo del culo. Estos colegas no se tiran
pedos pero siempre están compitiendo contigo por “a ver a quién
le va mejor”. Y eso, si me pongo a hilar fino, es bastante más
sucio que un colegón que sólo quiere que seas su amigo,
honestamente, sencillamente, sin ningún tipo de lujo. Sólo quiere
pelearse contigo por el mero placer de hacerlo, no por a ver quién
se lleva el trozo de pastel más grande. Y eso, aunque descerebrado,
es puro. Y si es puro es elevado, aunque sea algo que se desarrolla
en el barro.
¿A que leyéndome a mi aprendes más
cosas que viendo Trainspotting? Claro, porque yo no te enseño cómo
prepararte un puto chute, con una sucia cuchara doblada. Yo te enseño
los vericuetos de esta la vida, te doy esos consejos que tu padre
pasa de darte porque, oye, eres idiota. Y bastantes problemas tiene
tu padre ya como para hacerse cargo de un hijo idiota.