lunes, 8 de agosto de 2016

Cómo entrenar a tu dragón

Esta peli me la recomendó un gran tipo. Sólo por eso ya es buena.


Pero es que encima luego lo es por más cosas. Va de un chavalín listo en un pueblo vikingo que sólo se dedica a luchar contra los dragones. Claro, el chaval el músculo que tiene entrenado es el cerebro y el resto del pueblo cuestiona su capacidad para cazar dragones. Así que le dan de lado.

Como le dan de lado, el chaval siempre anda a su rollo y en una de estas se encuentra con un extraño dragón negro. El chaval, como es así majete y fino, pues se hace colega del dragón, el tío.

Para colmo de cojones, resulta que luego nos enteramos que este es el dragón más peligroso de todos, Furia Nocturna, que ataca entre las sombras y nadie, nunca, lo ha visto. Su ataque es devastador y último, definitivo. O sea, que el chaval se ha hecho amigo del enemigo más peligroso de su pueblo, con dos cojones, tío.

Total, que todo el mundo le respeta y, para más inri, consigue acabar la guerra con los dragones de la forma más óptima contemplada: haciéndose amigos de puta madre.


¡Bueno, qué fábula! ¡Voy a pelármela ahora mismo! ¡Mmmmmm qué gusto!

Jolinas, Dreamworks, aquí os habéis pasao. Kung-Fu Panda dabuti, pero esto también es canela fina.

Además el dragón mola mogollón, es el Coche Fantástico de los dragones, todo negro y aerodinámico. El chaval lo monta y cuando humano y vehículo se funden son inexpugnables, devastadores. ¡Demasiado!

Y pa encima con mirada de no haber roto un plato, lo que lo hace más devastador todavía.

Total, que la peli mola mucho. Muy inspiradora. Esta que luego dibujas dragones y te flipas con el rollo. Vamos, lo que tiene que ser algo que tenga un poquito de calidad, por lo menos.

Si no te flipas no vale para nada.

Si has venido a la vida a no flipar no sé a qué coño has venido tú.

Ah, a meterte tripis. Claro, así cualquiera, no te jode. Así yo también flipo, mira este. Pero macho, lo que cuenta es flipar viendo Cómo entrenar a tu dragón, sin hacer trampas. “¡No, pero es que he visto colores!”. Si te digo yo lo que he visto yo viendo Cómo entrenar a tu dragón te caes patrás.


No sé, tío, no te metas tanto. Es que no hace falta. Lo que pasa es que eres un blando y siempre ahí apoyándote en las muletas. ¡Ay, perillán! ¡Una buena mili es lo que te venía bien a ti!

Bueno, métete menos, ¿vale? La cosa es que esta peli es muy buena cosa que la tengas en tu videoteca. Es un pedazo de lujo disfrazado de sencillo producto pop. Y como sabes, mi querido lector, no existe lujo más alto. No lo busques, porque no lo hay.