¡Ah, Donkey Kong! ¡A mi nunca me
pareció para tanto! El mundo gamer se me ha cerrado por confesar
este pecado, Padre. Qué le vamos a hacer.
No, no, me la suda no sabes cuánto. No
te preocupes. Esa peña... Bueno, tú lo sabes más que yo, que para
eso lo ves todo, pero como tú y yo nos llevamos muy bien deja que te
aburra con lo que ya sabes de sobra. Ya me conoces.
A mi los gamers me pasa como con los
frikis, otra tribu urbana que yo pensé que iba a ser “la mía”
pero no lo fue. ¿Dónde está mi destino, Padre? Estoy deseando que
me digas cuál es.
Los frikis, tío, yo no sé en qué
estarías pensando cuando los diseñaste, pero es que... Es que son
tontos, tío. No, a ver, que tú tendrás tus motivos, que para eso
tú eres el arquitecto final de todo esto, pero joder, algo de
información me vendría bien. Para sobrellevar mejor el día a día
y despejar algunas dudas. Nada más. Tampoco quiero pasarme.
¿A qué viene esa... no sé, esa
pantomima constante? Ah, que eso no es cosa tuya, dices. No, me lo
creo, me lo creo, Me temo que es más cosa de ellos. Ya.
Eso del libre albedrío es un arma de
doble filo, ¿eh? Qué jodío.
Pero, no sé, para liberarles de las
tinieblas que nublan sus ojos y ver, por fin, aquello que han de
hacer y por tanto poder dejar la pantomima podrías echarles un
cable. Ah, que para eso estoy yo. La puta. Lo tienes todo pensado.
Ya, pero joder, tampoco es tan fácil
que me hagan caso. Que sí, que sí, que soy muy listo, que ya se me
ocurrirá un modo, ya lo sé, pero... Joder, es que vaya misioncita
que me has encargado. Es que me cago en todo, ya.
No, si yo me lo estoy pasando de puta
madre. No me entiendas mal. No me lo he pasado mejor en mi puta vida,
te lo juro. Pero, ya sabes, a veces dudo, dudo, y eso me bloquea.
¿Por qué esto no avanza? ¿He metido la gamba en algo? ¿Qué pasa?
Ah, que es culpa de ellos. Que no es
cosa mía, es cuestión de que se alineen los astros. Vale, vale.
¡Joder, qué putos lentos son! ¡Madre mía! ¿No podías pitarles,
o algo?
Que ya, que ya, que ya lo sé. Que los
guisos bien hechos son así. Ya. Mucho chup chup. Tiene que ser justo
en el momento. La palabra perfecta en el momento adecuado. Joder,
tío, mira que eres fino, me dejas anonadado, de verdad. Es que yo
soy fino-fino, pero es que tú, joder... Te pasas, de lo fino que
eres. La puta. Qué exquisito. Qué magnífico.
Bueno, pues nada, aquí me quedo.
Hablando del puto Donkey Kong. Que no, que no pasa nada. Si me lo
paso bien igual. Si yo en otra cosa no seré experto, pero en pasarlo
bien... Un rato. Ya lo sabes tú de sobra.
Tú, esto de los videojuegos, ¿cómo
le ves? De puta madre, ¿no? Claro, si es que es el rollo. Te lo
dije, yo sé de qué va la movida, tío. Soy ese puto experto en ese
punto clave que necesitas. Porque mira, tío, tu resto de profetas
son una puta mierda. Así te lo digo. Aquí el mejor soy yo. Diles
que no se enfaden, que son muy sensibilitos, los pobres. Pero el puto
amo aquí soy yo. Tú lo sabes, yo también, por eso nos hemos hecho
socios. Porque nos respetamos que te cagas. Vale.
Así que nada, tú tranquilo, tú vete
a inspeccionar la movida por otra parte que yo me quedo defendiendo
este cacho. No, por aquí no van a pasar, eso te lo digo yo.
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