sábado, 13 de agosto de 2016

DuckTales


¡Pa-to! ¡Uuuuh! ¡Qué pasote! ¡Ah, esa serie de dibujos era... la polla! ¡Cómo molaba! ¡Qué bien te lo pasabas! La mejor de El Club Disney con mucha diferencia. Luego Chip y Chop Guardianes Rescatadores estaba bien, El Pato Darkwing estaba guay pero para mi no era tan-tan guay... No sé, Patoaventuras era la leche.


El Tío Gilito es el mejor. No. Lo siento. Donald el número 2, pero Gilito es el mejor. ¡Venga ya, a todos nos gusta el dinero! ¿A qué viene ese rollo la zorra y las uvas? ¡Joder, si no llegas di “no llego”, no digas “no me gusta”! ¡Qué vanidoso! ¡Qué mal criado estás!


A ti no te va a querer ninguna mujer. No, ya. Dicho está. Esa es la verdad.

No, porque las mujeres no son como tú. No son tontas. No tienen ese orgullito de machín malcriao. A ellas les importa un colín que “llegues” o no. Ellas quieren un marido que no sea gilipollas y que admita, de una vez por todas, que le gusta cenar en sitios mejores que un Burger.


Que ya, que ya sé cómo somos nosotros. Nuestro rollo nos llevará a la perdición.

Bueno, a ti.

Yo me temo que soy más Gilito. Soy bastante agarrado, pero también sé disfrutar de la pastafiore. No me gusta malgastar, ahí le daría dos buenas bofetadas a mi mujer, la manirrota, y la diría “¡Tira para casa!”. Tirar el dinero tampoco es. No, que cuesta mucho ganarlo.


Pero, hombrecillo, negar que te gusta no tapa que estás sin blanca. ¡Coño, y yo! ¡Y este! ¡Y aquel! ¡Y todos! ¿Pero tú no ves las noticias? Esto es un yermo, tío. No te preocupes. Todos estamos igual.

La gente no lo dice, porque, bueno, ya sabes cómo son. A ti no te gusta admitir que no tienes pasta y a ellos no les gusta admitir que no la tienen. Claro, pero ¿sabes por qué es? Porque la tenían y la han perdido. Y eso les hace sentir ridículos. ¡Sí, ahí hay que admitir que son tan tontos como tú! ¡Incluso un poco más!


Son unos meapilas, te doy la razón. No, es verdad. Tú al menos tienes la dignidad del pobretón, que no tiene pero no quiere aparentar. Pero ellos, encima de que no tienen, quieren aparentar. ¡No, amigo! ¡Eso es jugar sucio! Venga, enséñame tus cartas. Lo que yo decía, un 6, una sota, un caballo y un 2. ¡Bah! ¡Gilipollas! ¡Quiero y no puedo!


Lo bueno de la crisis es que nos ha colocado a todos en la casilla de salida. No, amigo. No me leas tu curriculum, si ya lo he visto en LinkedIn. Quiero verte a ti. ¡Venga! ¿Qué sabes hacer?

“Pues yo sé hacer muffins”. Bueno. Bueno, vale. Muffins vale. ¡Tú! ¡El de las gafas! ¿Qué sabes hacer?

“Yo me llevo muy bien con todo el mundo, soy así como el pegamento que une a los grupos”.

Buen intento, pero no cuela. ¡Siguiente!

Y así con todos. Uno detrás de otro. ¿Tú qué sabes hacer, tío? ¡Mola! ¿Y tú? ¡No mola! ¡Siguiente!

Tú tranquilo, porque todos estamos igual. Desprovistos del barniz de la civilización, como en Far Cry Primal.


Aquí ya no vale ser hijo de no sé quién. Con ese rollo ahora te cuelgan. Dale las gracias a Pablo Iglesias u ódiale con todas tus fuerzas, según lo puto mierda que seas o no. Si eres un puto mierda lo odiarás, naturalmente. Él nos ha colocado a todos en el punto 0. Los de derechas, con los que me codeo, entre pacharanes y puros, respetan mucho a ese niño. ¿Sabes por qué lo respetan? Por los cojones. La gente de pasta, pero de pasta-pasta, de la que pasa de generación en generación, respeta mucho los cojones. Porque es lo que ellos tienen. Ellos tienen el ladrillo ahí clavao porque por sus cojones lo han clavao. ¡Muy bien! ¡Ni medio problema! ¡No me eches el aliento y asunto solucionado!

Así que, macho, perdona que insista, pero... ¿Tú qué sabes hacer? Ahora ya en serio.

Es que... Es que yo este negocio de la tienda de comics en Malasaña... Es que no lo veo. Ey, se te ve que eres buen pibe, eso es lo único que se te ve. Pero es que ojo de águila poco, mi niño. Porque, a ver, es que yo de cosas que molan sé, ¿sabes? Y es que el rollo de los comics es que ya huele que te cagas, y si encima me los vendes antiguos... Es que me pongo a bostezar, coleguilla.


Ya, vale, al menos es un negocio honesto. Eso sí es verdad. El espabilao de la acera de enfrente mucho loop y mucho fliping pero es un tuercebotas. Ya. Eso lo sabemos tanto tú como yo. Tú tranquilo.

Así que no sé. Sigue con tu rollo, tío. No te hundas, pero si has de hundirte, húndete, no seas tonto. De eso va el rollo. El ladrillo es lo que tiene, que no se hunde. Pero ellos no se divierten tanto como nosotros. Es así.


¿O no es así?