miércoles, 3 de agosto de 2016

Harvard Movida Americana

Este título, aunque sea de las traducciones chungas, me gusta. El original es Soul Man. Pero cualquier título que lleve la palabra “Movida” me gusta. Movida es una gran palabra, igual que Molar. Sirve para todo. “¡Cómo mola esta movida!”. Sirve para hablar de un coche que te gusta o para decir lo que te encanta hacer el amor con tu mujer. Es el comodín de la baraja de poker.


Harvard Movida Americana trata de un niño pijo que lo tiene todo hecho en la vida. Sólo tiene que chascar los dedos y tiene un coche nuevo, un reloj nuevo e incluso un trabajo nuevo. Todo sin el más mínimo esfuerzo. Algún amigo he tenido yo así. ¿Dónde estarán ahora? O en la cárcel o en el vestuario del Real Madrid, naturalmente.


Sin embargo el chico tiene suerte. Tiene la dicha de que su padre sí es un hombre hecho a sí mismo y decide hacerle el mejor regalo que un padre le puede hacer a su hijo: el regalo de la hombría. Así que le dice que la facultad se la va a pagar su puta madre. Vamos, no su madre, que se la va a tener que pagar él. ¿Cómo? ¡Ah! ¡Búscate la vida, hijo! De eso se trata todo.

Al chaval el padre le deja roto, porque, claro, eso de tener que sacarse las castañas del fuego es algo que no ha tenido que hacer nunca.

Como el chaval, como buen pijolas, es un jeta que te cagas, no se le ocurre mejor idea que aprovecharse de que una facultad da becas para estudiantes negros sin recursos. Pero claro, él es blanco, como buen pijolas autoindulgente. Así que lo que se le ocurre al colega es ofrecerse de cobaya para un mejunje que te superactiva la melanina de la piel y, de la noche a la mañana, se convierte en negro.

Si no salivas con este argumento te queda mucho cine por ver.

Total, que, ya negro, consigue la beca, porque es negro. Y el tío se da palmaditas en la espalda de lo listo que es, porque ha conseguido estafar al Estado un dinero que estaba destinado a ayudar a gente que de verdad lo necesitaba. Conozco algún que otro par de este tipo.

La movida (americana) es que, como negrata, ya no está en lo alto de la pirámide, como solía estar. A causa del color de su piel tiene que empezar a aguantar las burlas de otros pijolas como él y empieza a sentir que eso de no ser un niño rico que papá le paga todo no es moco de pavo. No sólo por el esfuerzo que supone, sino porque tiene que aguantar a muchos subnormales como él haciéndose los listillos. Cojones. Con esto no contaba. ¡Y él que pensaba que había dado con la clave que le permitiría seguir viviendo del cuento eternamente! Los caminos del Señor, como sabéis, son inescrutables.


Para más inri se enamora de una estudiante negra que es todo lo que una mujer debe ser: lista, trabajadora, sensible, cariñosa... Vamos, una mujer que jamás se hubiera fijado en un pijolas como él. Y ahí ya la cabeza le empieza a hacer clack. ¿Habrá sido un gilipollas durante toda su puta vida y ni siquiera se había dado cuenta? Coño. Qué movida. Movida americana.

Total, que el chaval entiende, siendo negro, que siempre había sido un imbécil y se redime. Y se convierte en un abogado que lucha por las causas de los desfavorecidos. Fin.

Mis queridos niños, dejad de ser gilipollas. El dinero que papá y mamá tienen no es aquello a lo que os debéis agarrar en la vida. Lo satisfactorio de la vida es llevarla adelante con la energía que tú mismo posees. Si eres un pijo insoportable que se va riendo de los demás probablemente ni te des cuenta de que lo eres, como le pasaba al protagonista de Harvard Movida Americana. Te creerás que la vida es así. Como el desgraciado que vivía en la caverna de Platón creerás que las sombras que ves es todo lo que el mundo tiene que ofrecerte. Pero no puedes estar más equivocado.

Quizás algún día tengas la suerte de que la vida te convierta en negro y quizás ahí empieces a darte cuenta de lo equivocado que estabas. Quizás ahí empieces a comportarte como un hombre, no como un niño malcriado. Mientras tanto, todos los negros del mundo nos reiremos de ti, a tus espaldas, porque un mariquita como tú jamás podría aguantar, como un hombre, que se rían de él.

Harvard Movida Americana. Cómo mola esta movida.